El Gobierno griego informó ayer al Fondo Monetario Internacional (FMI) de que no le pagará el vencimiento de deuda de 300 millones que hoy debía abonarle. En su lugar, agrupará todos los pagos de junio, que ascienden a 1.600 millones, y los devolverá conjuntamente el día 30.

La decisión llega después del rechazo de Atenas a la oferta de acuerdo presentada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al primer ministro heleno, Alexis Tsipras, el miércoles por la noche.

Las normas del FMI permiten agrupar los pagos (excluyendo los intereses, que deben abonarse en plazo), explicó el portavoz de la institución, Gerry Rice. Pese a ello, el último país que se acogió a esta posibilidad fue Zambia en los años ochenta del pasado siglo.

Tsipras justificó ayer su rechazo a la oferta "final" que le había presentado Juncker unas horas antes, advirtiendo que su país no aceptará "propuestas extremas" tras cinco años de sacrificios.

"Creo que los próximos días estaremos más cerca de un acuerdo. Creo que en cualquier caso el acuerdo está a la vista, pero necesitamos concluir las discusiones desde un punto de vista realista", dijo el primer ministro heleno, quien insistió en que el pacto debe basarse en los planes presentados por su Gobierno.

El resultado verbal de esta nueva fase de tensión que se abre entre Grecia y sus socios de la UE -que de aquí al 30 de junio deben llegar a un acuerdo para evitar el impago de Atenas o su salida del euro- es que Juncker asumió en público que el de Grecia es un "problema ultradifícil" del que se ocupa "día y noche".

"Amo a Grecia y, sobre todo, a la parte débil de la sociedad griega, que sufre enormemente los programas de ajuste que han debido adoptarse", confesó.

"No acepto que se diga que la Comisión impone a Grecia una cura de austeridad. Sí, es verdad, pero hay también la oferta de apoyar a la economía real griega con 35.000 millones, a condición de que Grecia se convierta en Estado y disponga de una administración capaz de hacer que las buenas políticas tengan efecto", destacó Juncker.

Tsipras comparecerá hoy ante el Parlamento griego para informar de la marcha de las conversaciones con los tres acreedores (FMI, BCE y la Comisión) ante la creciente rebelión en las filas de su propio partido, Syriza, por considerar que está realizando demasiadas concesiones.

El principal escollo de las negociaciones es ahora la negativa de Grecia a realizar los recortes en el sistema de pensiones que le exige la "troika", según reconoció el propio Tsipras al término del encuentro del miércoles.

Sin embargo, el primer ministro reconoció que "estamos muy cerca de un acuerdo sobre los superávits primarios (exigidos a Atenas), lo que significa que todas las partes están de acuerdo en avanzar sin las duras medidas de austeridad del pasado".

Atenas necesita con urgencia el acuerdo para que el Eurogrupo desembolse los 7.200 millones de euros del último tramo del segundo rescate y evitar así el impago y su salida del euro. Que, sin embargo, son, al mismo tiempo, casi sus únicas bazas para negociar.