La Fiscalía Anticorrupción rumana anunció ayer que ha iniciado una investigación sobre el primer ministro, el socialdemócrata Victor Ponta, por presuntos delitos de corrupción, como falsificación, blanqueo de dinero, conflicto de intereses y evasión fiscal.

Anticorrupción acusa a Ponta de haber recibido 50.000 euros en 2011, un año antes de ser elegido jefe de Gobierno, por parte de un antiguo socio, Dan Sova, al que luego nombró ministro.

El presidente, Klaus Iohannis, pidió a Ponta, de 47 años, que abandone su cargo al tratarse de una "situación imposible" para el país balcánico. Sin embargo, el "premier" rechazó de inmediato dimitir.

"Respeto su posición pública (del Presidente), pero he sido designado en función del Parlamento de Rumanía y sólo el Parlamento me puede destituir", escribió Ponta.

La investigación coincide con una moción de censura que la oposición tenía previsto presentar en el Parlamento.