El Gobierno de Israel efectuó pruebas con "bombas sucias" en el desierto del Neguev para calcular las repercusiones y daños de un ataque de estas características por parte de fuerzas enemigas, según informó ayer el diario israelí "Haaretz", que no precisó la fecha en la que fueron hechos los ensayos. Se califica de bombas sucias a los artefactos explosivos que diseminan elementos radiactivos en la atmósfera.

La mayoría de las pruebas se hicieron en el desierto, si bien una de ellas tuvo lugar en una instalación cerrada. En total fueron llevadas a cabo 20 detonaciones de entre 250 gramos y 25 kilogramos de explosivos. Los resultados determinaron que en el foco de la explosión se detectaron elevados niveles de radiación, con una pequeña distribución de la misma a causa del viento. Fuentes oficiosas aseguraron que las pruebas se hicieron con propósito defensivo y no con la finalidad de llevar a cabo ataques.