Yihadistas del Estado Islámico asesinaron ayer a tiros en un campamento militar de Mosul a 300 funcionarios del Comité Supremo Electoral iraquí. El viernes el gobernador de Nínive denunció una masacre de 2.070 civiles. Esta orgía de terror se produce al cumplirse un año del primer ataque de EE UU contra este grupo terrorista. La ofensiva internacional ha costado miles de millones de dólares y ha logrado matar a más de 10.000 extremistas, pero no ha debilitado sustancialmente al Estado Islámico, que continúa ampliando su alcance. Los primeros bombardeos se llevaron a cabo el 8 de agosto de 2014 en Erbil para evitar un genocidio en el Kurdistán iraquí.