Argentina celebró ayer unas elecciones primarias en las que, por primera vez desde hace doce años, el kirchnerismo acude sin un aspirante de la saga a ocupar la Casa Rosada, evidenciando así un cambio de era política que podría traer consigo el fin del mandato oficialista. Mauricio Macri, líder de la conservadora Propuesta Republicana y aspirante a la Presidencia por el frente opositor Cambiemos, denunció el robo de papeletas en varios colegios. Scioli aventajaba anoche entre 5 y 8 puntos a Macri según los primeros sondeos.

Los votantes decidieron entre 15 aspirantes para suceder a Cristina Fernández en la Jefatura del Estado, así como los candidatos a proclamarse gobernador de Buenos Aires y otras diez provincias. Los partidos están obligados a pasar este filtro para poder participar en las elecciones generales del 25 de octubre. Sólo aquellos que consigan al menos un 1,5 por ciento de los votos podrán hacerlo, mientras que sus "número uno" y las listas parlamentarias se definirán por la suma de papeletas.

La carrera hacia la Casa Rosada está protagonizada por 15 precandidatos de once partidos, entre los que destaca el oficialista Daniel Scioli, favorito en los sondeos y único representante del kirchnerismo por decisión personal de la presidenta, Cristina Fernández, que ordenó a los suyos cerrar filas en torno al hasta ahora gobernador de Buenos Aires para garantizar la victoria el 25 de octubre. Scioli representa un giro moderado, matizado por el candidato a vicepresidente, Carlos Zannini, muy cercano a la mandataria que encarna la esencia del kirchnerismo.

Las previsiones apuntaban que Scioli vencerá con entre el 30 y el 40 por ciento. La prueba de fuego para las presidenciales en estas primarias es Buenos Aires, donde el ex jefe de gabinete Aníbal Fernández mide sus fuerzas con la opositora María Eugenia Vidal en una lucha indirecta que servirá para medir el músculo de kirchneristas y opositores.

Además ayer se dirimía el liderazgo de una oposición que por primera vez en los doce años de "reinado" de los Kirchner aspira a conquistar la Presidencia argentina. El hasta ahora jefe del Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, dirigente de Propuesta Republicana (PRO), compitió con Ernesto Sanz (Unión Cívica Radical) y Elisa Carrió (Unión Cívica) por la nominación de Cambiemos, la coalición de tres partidos para desafiar al kirchnerimo en las presidenciales.

Cambiemos llegó a la votación de ayer en segundo lugar, con un 26 por ciento. Descolgado en las encuestas llegó a estas primarias el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, un peronista disidente que fue jefe de gabinete de Fernández y terminó enfrentado con el Gobierno.

Cristina Fernández no ha podido presentarse porque la Constitución permite una reelección consecutiva. La otra alternativa para la saga era Máximo, el hijo de los Kirchner, pero su escaso tirón popular lo descartó rápidamente.