EE UU desmintió ayer con toda rotundidad que haya pactado con Turquía crear una "zona segura" en el norte de Siria. El anuncio, hecho el martes por Ankara, aseguraba que el control de la zona estaría a cargo de los opositores moderados del ELS (Ejército Libre Sirio) y contaría con apoyo aéreo de EE UU y Turquía para que el ELS pudiera hacer frente a eventuales ataques de las milicias kurdas y los grupos islamistas.

"No hay ningún acuerdo para crear ninguna zona", afirmó un portavoz del departamento de Estado. "Hemos sido muy claros en que no habrá una 'zona segura' y no estamos hablando de eso sino de un esfuerzo sostenido para echar al Estado Islámico (EI) de la región", aclaró la fuente. Precisamente, la rama egipcia del EI anunció ayer, a través de una fotografía, el degüello de un rehén croata, crimen que anoche no había sido confirmado.

Según Turquía, la 'zona segura', que debería aliviar la presión de los refugiados sirios sobre territorio turco, formaría parte del paquete de acuerdos que incluye la autorización a EE UU para usar bases aéreas turcas en sus ataques aéreos contra el EI. Coincidiendo con estos acuerdos, Turquía mantiene desde finales de julio una dura campaña aérea contra posiciones de los independentistas kurdos del PKK, que responden con acciones en tierra.

En paralelo, se mantiene la inestabilidad política abierta por las elecciones de junio en las que el partido gobernante, el islamista AKP del presidente Erdogan, perdió la mayoría absoluta que tenía desde 2002. Erdogan dio un paso más hacia la convocatoria de nuevos comicios al anunciar que las negociaciones con el principal partido de la oposición (CHP) para una gran coalición se dirigen al fracaso. Erdogan, que tiene aún doce días para decidir, parece inclinado a llamar de nuevo a las urnas, pero esta vez en un clima bélico antikurdo que le facilite recuperar una mayoría absoluta que necesita para sus planes de convertir Turquía en una república presidencialista.