Un considerable malestar reina en el Gobierno español por la decisión de EE UU y Alemania de retirar de Turquía las cuatro baterías de misiles Patriot desplegadas en enero de 2013 para defender al país de eventuales ataques desde Siria.

España, que no ha sido avisada por ningún canal, ni bilateral ni multilateral, de esa retirada, participa en el operativo con una batería de Patriot y es el único miembro de la OTAN que acompaña a EE UU y Alemania en la misión. El destacamento español se compone de 155 soldados y se duda que pueda proseguir la operación en solitario tras la salida de sus socios, que se atribuye al malestar de EE UU por los ataques lanzados por Ankara contra los kurdos al socaire de la guerra al Estado Islámico.

Se da la circunstancia que al desplazar la batería a Turquía, España tuvo que remplazarla con una que compró de segunda mano a Alemania, por la que pagó 41 millones de euros.