La policía de Macedonia lanzó hoy gases lacrimógenos y granadas aturdidoras contra los refugiados que intentaban atravesar el paso fronterizo con Grecia, después de que ayer el Gobierno decretase el estado de emergencia en las fronteras ante la masiva entrada de inmigrantes que vive el país.

Según la agencia de noticias griega AMNA, los agentes intentaron dispersar a unos 2.000 inmigrantes, en su mayoría refugiados, que estaban bloqueados en Eidomeni, el paso fronterizo del sur de la Antigua República Yugoslavia de Macedonia.

Para hacerlo y mantener a distancia a los inmigrantes, la policía colocó además en la frontera unas alambradas de espino de una longitud de entre 200 y 300 metros.

Hubo diez heridos, según AMNA, que cita a un equipo de la ONG Médicos Sin Fronteras en la zona y detalla que cuatro de ellos están graves y fueron transportados en ambulancias al hospital de Kilkis, en territorio griego.

Los demás, en cambio, fueron transferidos al centro de salud de Polykastro, también en zona helena.

El presidente de la República macedonia, Gjorge Ivanov, firmó ayer una decisión sobre la participación del ejército en la crisis migratoria para hacer frente al aumento de flujos de inmigrantes y refugiados que quieren atravesar el país, en dirección a los países del centro y el norte de Europa.

Según cifras oficiales, más de 40.000 indocumentados llegaron a Macedonia en los dos últimos meses.

Los medios locales apuntan a que al menos 1.500 de ellos están a la espera de poder atravesar el paso fronterizo de Eidomeni.

La frontera, según la prensa, está bloqueada desde el miércoles, por lo que grupos de mujeres, hombres y niños resisten las altas temperaturas sin tener un sitio donde alojarse ni poder acceder a los servicios básicos.

En esa zona solo operan los voluntarios de las organizaciones no gubernamentales, que les proporcionan comida y asistencia médica básica.