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Rafael González Crespo, coronel en la reserva

"La única solución es atacar sobre el terreno, pero eso trae bajas"

"Hay muchos beneficiándose del Estado Islámico; ¿quién les compra el petróleo?"

El coronel en la reserva Rafael González Crespo. MARCOS LEÓN

El coronel en la reserva Rafael González Crespo, exdelegado de Defensa en Asturias y fino analista geopolítico, experto en la Europa Oriental, no duda de que el desafío planteado por los yihadistas requerirá de un "ataque sobre el terreno", combinado con la eliminación de las fuentes de financiación del Estado Islámico. No obstante, "hacer tabla rasa será duro. La intervención terrestre causará bajas".

-¿Qué mensaje están lanzado a Francia los terroristas? ¿Buscan alejarla Siria?

-Se podrían hacer interpretaciones de ese tipo, pero lo que no se puede perder de vista es que el islam siempre ha sido expansionista, desde su nacimiento, como prueba que ya Carlos Martel les detuviese en Poitiers, en 732, o la larga Reconquista nuestra. Ese expansionismo, lejos de una interpretación simplista de la historia, es una realidad. El mensaje de los atentados no solo se lo están mandando a Francia, sino a todo el mundo. Han descubierto nuestras debilidades. La mayoría de los musulmanes son buenas personas, pero hay un grupo que no es bueno, y no se le ha hecho frente, salvo Rusia.

-¿Qué debilidades son esas?

-Estamos instalados en el buenismo. La gente dice: ¿cómo no vamos a ayudar a los sirios? Pues, en estas condiciones, no podemos. La mejor forma de perder una guerra es tener miedo de iniciarla. La única solución es atacar sobre el terreno, ir allí y darles duro. No podemos plantearnos armar a los moderados, porque terminarán pasándose a los yihadistas. Hay que atacar sus fuentes de financiación. No es posible que anden moviéndose en esos Toyota relucientes. No pueden seguir financiándose en el mercado negro del petróleo. ¿Quién se lo compra? Hay muchos beneficiándose. Los países ricos árabes no han recibido a un solo refugiado. La población árabe de París no ha salido a la calle protestando por las masacres. Son muchas debilidades, que no puedes permitirte cuando te declaran la guerra.

-Por tanto, hay que invadir Siria.

-Sin un ataque terrestre, este conflicto se puede demorar hasta el infinito. Con un Ejército tan preparado como el español, por poner un ejemplo, en dos semanas estaban listos. Hacer tabla rasa puede ser muy duro. La intervención terrestre causará bajas, seguro. Y habrá una reacción popular tremenda, que tendrá sus consecuencias, porque los gobiernos lo miden todo en votos.

-Eso allí. Pero, ¿y aquí?

-Esa pregunta remite a lo que se ha hecho mal. En Francia están con la tercera generación de inmigrantes musulmanes. S i la tercera generación no se ha integrado, una de dos, o es porque no les interesa integrarse, que es muy probable, o porque se ha hecho algo mal. Quizá porque se han dejado hacer mezquitas donde se llama a la guerra. Históricamente, esta gente no se integra. Y hay que aplicar ese refrán popular: donde fueres, haz lo que viernes. Nadie va a casa de otro a empujarle. No podemos seguir siendo países buenistas, hay que utilizar los mismos medios que ellos. Las guerras híbridas, asimétricas, son difíciles de ganar. Ahí están los ejemplos de Vietnam o Afganistán. Los ejércitos occidentales no utilizan niños, ni ponen un cinturón de explosivos alrededor de sus soldados.

-Para acabar con otros regímenes delirantes, como el de Hitler, hubo que poner toda la carne en el asador.

-Cuidado con los regímenes delirantes. En la Libia de Gaddafi había cuatro millones y medio de libios y dos millones de extranjeros. Eso quiere decir que, para sus parámetros, no se vivía tan mal. Bashar al-Asad, posiblemente sea un malvado, pero nuestro malvado. Si el Estado islámico pasa de Siria, se planta en Turquía, y luego en el Cáucaso, y los tenemos aquí en dos días.

-Se dice que detrás del Estado Islámico están los americanos.

-Algo tiene el agua cuando la bendicen. Ya estamos acostumbrados a una larga cantidad de engaños de los americanos. Quienes proporcionaron los misiles Stinger a los islamistas afganos fueron ellos.

-Seguimos en el Gran Juego.

-Nunca ha acabado. La Guerra Fría nunca acabó. Seguimos jugando a ver quién tiene la supremacía mundial. Pero todo este juego va en contra de Occidente. Europa se ha convertido en un parque temático y va camino de su propia destrucción. Si tus intereses, como la seguridad, los dejas en manos de otros, al final te ocurre como al Imperio Romano.

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