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Emocionados testimonios de asturianos que han vivido los atentados en Bruselas

"Contemplé la sangre de verdad, por primera vez como periodista; en vivo y en directo"

Emocionados testimonios de asturianos que han vivido los atentados en Bruselas

La periodista gijonesa Paula Sendín llegó corriendo a la sede de la agencia Efe en Bruselas, con la que colabora, con intención de lanzarse hacia el aeropuerto donde ya habían explotado dos bombas. "Llegué a la redacción y a los cinco minutos nos enteramos de las explosiones en el Metro". En la estación de Maelbeek... ¡a cinco minutos andando de donde ella estaba!

Llegó al lugar de los hechos en un soplo, con tiempo para presenciar cómo subían a la superficie a los primeros heridos ensangrentados. Anoche, desde su casa y cumplida una jornada de trabajo agotadora, Paula hacía balance y se quedaba con una imagen grabada en la retina: "Contemplé la sangre de verdad, por primera vez como periodista; en vivo y en directo".

En Bruselas hubo ayer nubes y claros. ¿La temperatura? "No lo sé. No pasé frío, me hice una maratón de un lado para otro, no tuve ni tiempo de pensar en la temperatura", dice.

Maelbeek no es una estación de las de primera referencia en la red de Metro de Bruselas, pero está justo en medio de dos que sí lo son: la Arts-Loi y la Schuman, muy utilizada por muchos funcionarios de las comunidades europeas. El barrio europeo está a la vuelta de la esquina.

"Vivir una experiencia de estas características sirve para conocerse a uno mismo. Esto no se enseña en las facultades de Ciencias de la Información", señala Sendín, testigo ayer de una ciudad plagada de "gente nerviosa y cabizbaja", que se fue pronto para casa, y de locales cerrados.

"El ambiente es sobrecogedor. Cuando volvía de trabajar no había ruidos. Sólo se oían helicópteros y sirenas. La sensación era muy angustiosa y de alarma".

El ovetense Roberto Segura es el portavoz de Asturianos en Bruselas, y ayer se esforzaba por hacer un llamamiento a la calma. "Los españoles, por desgracia, sabemos mucho de terrorismo y por eso somos conscientes de que hay cosas que sólo sirven para que ellos sientan que logran una enorme publicidad, hacer cantera y exarcebar los ánimos terroristas. Y eso pasa cuando se muestran imágenes muy explícitas del atentado y de nerviosismo", explicó. Segura indicó que una de las grandes preocupaciones de los residentes en Bruselas era como trasladarse al no haber transporte público. "Cómo ir a recoger a los niños al colegio se convirtió en una crisis. Hay un excesivo nerviosismo y es necesario que se guarde serenidad, porque todo lo que no sea actuar con normalidad es darles alas a los terroristas".

Roberto Álvarez Pérez, técnico de mantenimiento en Solvay Bruselas también tranquilizaba a los suyos. "Estamos todos bien. Mi hermano que trabaja en el edificio de la Comisión Europea fue desalojado y él sí que ha oído la explosión de la estación del metro en Maelbeek. Todos los transportes públicos han sido suspendidos. Mis padres y amigos que están en Pola de Laviana están muy preocupados. Estoy en contacto permanente con ellos".

"Hay mucho caos en toda la ciudad. Nos piden mantener la calma y que no salgamos a la calle", declaró el ovetense Ángel García, residente en Bruselas desde hace 52 años.

José Sordo también lleva casi toda su vida en la capital belga. Llegó hace 42 años, junto a sus padres. Trabaja en la Administración. Ayer señalaba que "los transportes públicos fueron cerrados" y las fuerzas de seguridad bloquearon "todos los lugares, donde se podrían concentrar numerosas personas".

Sordo aseguraba a este periódico que "reina mucha confusión y hay preocupación entre la gente por familiares de paso por Bruselas", sobre todo en unos días como estos de Semana Santa (que se celebra en España pero no en el resto de Europa), que son propicios a los viajes de españoles que trabajan o estudian en Bélgica.

Bernard Ferreiro es ovetense y vive en Bélgica desde el año 1963. Trabaja en una empresa farmacéutica. Estas eran sus primeras impresiones: "Esto es el horror con mayúsculas. Bruselas esta completamente paralizada. No hay bus, ni metro, ni trenes, ni aviones. Los túneles están cerrados y todos los colegios también. De momento, el gobierno esta aconsejando a la gente que se quede en casa y que no se desplace lo mas mínimo. Fui a buscar a mi nieto en el centro de Bruselas y parecía el desierto. Todas las fronteras con Bélgica están cerradas", señalaba ayer por la tarde.

Juan Carlos García González ejerce de portavoz de la Asociación de Amigos de Moreda y Llanes en Bruselas. Ayer, a tiempo real, explicaba a LA NUEVA ESPAÑA: "Me encuentro trabajando muy cerca de la estación de metro Maelbeek donde explotó una de las bomba. Se habla de un sentimiento de guerra y temo que después de esto la población coja rabia a ciertas razas de emigración y se tomen venganza por su cuenta y riesgo en respuesta a los compatriotas asesinados en estos actos de terrorismo. Por suerte mi familia, amigos y yo nos encontramos seguros pero las llamadas por teléfono fueron intensas y numerosas durante toda la mañana".

José Manuel Sánchez Calleja es de Cangas de Onís. Este ingeniero electrónico nació en 1960. Ayer hablaba desde la emoción porque los atentados en la estación de metro de Maelbeek rozaron a su familia: "Aunque vivimos en las afueras de Bruselas, hemos pasado una mañana apurada, el hijo mayor de mi esposa trabaja en el centro de Bruselas y utiliza el metro cada día. Esta mañana estaba a dos coches de la explosión que se ha producido en la estación de Maelbeek, vio la llama pasar por el exterior de la ventana y luego humo que se propagaba por el compartimento, no podían abrir las puertas, rompieron las ventanas para saltar fuera e ir hasta la plataforma de la estación, los muertos y heridos estaban por el suelo, trataron de ayudarse mutuamente y siguieron voces, alguien gritaba: "¡por aquí, por aquí!" y todo esto con poca visibilidad por culpa del humo, hasta que salieron de la estación en la Rue de la Loi. Gracias a Dios, tiene sólo algunas heridas superficiales en una pierna, pero el impacto emocional es importante. Dice que vio la muerte de cerca, vamos a tratar de gestionar esto. En estos momentos tratamos de no pensar en lo que hubiera sido si había tomado otro coche? Pienso también en mi tierra asturiana y en mi familia".

Carmen Moradiellos emigró con sus padres desde Asturias a Bélgica en el año 1963. "Trabajo en un colegio de enseñanza secundaria y los padres comenzaron a llegar muy inquietos para llevarse a sus hijos". La orden era que los alumnos no podían dejar el centro, aunque fueran mayores de edad, a no ser que lo hicieran en compañía de su familia.

Carmen sospecha que hoy muchos colegios de Bruselas estarán casi vacíos. Oficialmente abren pero muchos padres no están por la labor de arriesgarse. "Muchas empresas han pedido a sus empleados que se fueran para casa" tras conocerse la magnitud de los atentados, especificó.

En Bélgica estudian 16 universitarios asturianos beneficiados del programa "Erasmus". En Bruselas, pero también en las universidades de Gante, Amberes o Lovaina, entre otras. La Universidad de Oviedo no detectó ayer ningún problema al respecto. Algunos de los chicos pasan en Asturias sus vacaciones de Semana Santa. En Asturias estudian 20 "Erasmus" belgas.

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