La Comisión Europea ha reclamado este miércoles la creación de una 'ventana única' para centralizar la tramitación de todas las demandas de asilo de los inmigrantes que lleguen a la Unión Europea o, en su defecto, prever un mecanismo "correctivo" que se active automáticamente para reubicar a los refugiados instalados en un Estado miembro, si este país se ve desbordado por la presión migratoria.

Son las dos alternativas que plantea Bruselas para reemplazar el actual reglamento de Dublín, que obliga a resolver el expediente de asilo en el primer país al que llega la persona, porque considera que la actual crisis de refugiados ha dejado claro que el sistema no funciona.

No se trata aún de una propuesta legislativa formal --el Ejecutivo comunitario la presentará en el futuro--, sino de plantear alternativas en el debate político que divide a los Estados miembros entre los que, como Alemania, reclaman cuotas de acogida por países y aquellos que, como los del Este, rechazan de plano cualquier obligación al respecto.

El vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans, ha admitido que la llegada de refugiados en los últimos meses a Europa ha puesto de manifiesto las "debilidades" de la respuesta europea y ha insistido en que el sistema actual "no es sostenible".

Vías de entrada legales

Timmermans ha recalcado, además, que la Unión Europea debe trabajar en vías de entrada "legales" para evitar que quienes tienen derecho a protección internacional "sigan teniéndola", sin que para ello deban poner en riesgo su vida en rutas ilegales controladas por las mafias.

El Ejecutivo comunitario asume que el reglamento de Dublín ha colocado "demasiada responsabilidad en sólo unos pocos" países, lo que obliga a diseñar un sistema sostenible a largo plazo, basado en normas comunes, "un reparto equilibrado" de dicha responsabilidad y que asegure un trato "más humano y eficiente" a los demandantes de asilo.

Así las cosas, Bruselas apuesta por centralizar las solicitudes de asilo a través de una única agencia europea, encargada de tramitar las peticiones y de establecer la clave de reparto para la acogida entre los Estados miembros, en base a criterios como la capacidad de acogida y no en función del país de llegada.

La Oficina europea de apoyo al asilo (EASO, por sus siglas en inglés) recibiría un mandato revisado para reforzar su papel, gestionar la 'ventana única' y "vigilar" que los Estados miembros cumplen las reglas en materia de asilo.

La alternativa, statu quo con mecanismos de emergencia

Si los gobiernos europeos rechazan esta gestión armonizada, la Comisión acepta como alternativa mantener el 'statu quo' de las reglas de Dublín, pero acompañado de un mecanismo "correctivo" que se active de manera automática en casos de emergencia.

En la práctica, esta posibilidad supone seguir adelante con la idea de que cada país siga haciéndose cargo de todos los inmigrantes que soliciten protección al llegar a su territorio, aunque mantiene viva la idea de cuotas permanentes para reubicar y trasladar tanto a refugiados desde terceros países como a demandantes de protección ya en la UE.

El objetivo es evitar que se vuelvan a dar casos como el de Italia y, sobre todo, Grecia, desbordados por la llegada de miles de refugiados a su territorio sin que el resto de Estados miembros cumplan con su compromiso de reubicar a 160.000 de estos inmigrantes.

Otra de las novedades que ha expuesto el Ejecutivo comunitario este miércoles es el de tomar medidas contra los "movimientos secundarios", para evitar "abusos" por parte de los refugiados que tratan de solicitar el asilo en otros países distintos al de entrada a la UE.

Para ello, Bruselas da un paso más en el mensaje que desde hace meses envía la UE a los inmigrantes en tanto a que "sin registro, no hay derechos", para tratar de convencerlos de que accedan a ser identificados y registrados a su llegada a suelo comunitario. "Algunos derechos podrían estar condicionados al registro, a la toma de huellas y a que el solicitante permanezca en el país asignado".