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Estampida y convulsión en los mercados

Las bolsas se hunden arrastradas por la banca y el Ibex sufre su mayor caída desde su origen en 1992 y pierde 60.000 millones

Estampida y convulsión en los mercados

La decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea (UE) alumbró ayer una convulsión financiera internacional, con una tormenta de pánico, inestabilidad, volatilidad y fuertes tensiones en los mercados globales de acciones, divisas y bonos, desde Asia hasta América, en proporciones no conocidas en algunos casos desde hace 31 años y con correcciones más severas -en ciertos indicadores- que las que causó la quiebra del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers el 15 de septiembre de 2008 y que fue el hito que desencadenó la vorágine de la mayor crisis financiera desde 1929.

El miedo por la fractura de la UE, en un hecho sin precedentes, con la escisión de su tercera mayor economía (Reino Unido aporta el 16% del PIB de la Unión de 28 países); el riesgo de que otros Gobiernos secunden a Londres con la convocatoria de otros referéndum análogos -como ya se reclama en varios países- y el efecto amplificador de la crisis por la condición de la City londinense como la segunda plaza financiera más importante mundo -y la mayor por su negocio transfronterizo-, generó una estampida de inversores y fuertes sacudidas en los mercados cambiarios, bursátiles, de deuda y de algunas materias primas.

Las bolsas entraron en desplome (el Ibex 35, el principal indicador español, se derrumbó el 12,35%, la mayor caída desde su creación en 1992), la libra se hundió frente al dólar y el euro; la divisa europea, que se apreció frente a la moneda británica, cedió posiciones ante la estadounidense; el petróleo se depreció, y el yen, el oro y la deuda alemana se dispararon al alza como valores refugio, mientras, como efecto de la alta demanda de bonos germanos, las primas de riesgo de la periferia europea -caso de española- repuntaron con fuerza, reabriendo los diferenciales entre países de la eurozona y encareciendo la financiación de las economías del sur, lo que socava uno de los objetivos cruciales de la política monetaria que el Banco Central Europeo (BCE) emprendió en 2012 para superar la fragmentación de las condiciones de financiación en la eurozona.

Ibex: La causa de su castigo. Los mercados de renta variable protagonizaron un descalabro generalizado, con una fortísima presión vendedora, que impidió casar operaciones en algunos valores en la apertura del mercado.

El índice español Ibex 35 lideró con Milán el derrumbe entre las grandes plazas europeas, con un retroceso del 12,35%, sólo superado por el desplome de algunas bolsas menores, como la de Atenas, que cedió el 13,42%.

El Ibex cayó hasta los 7.787 puntos, su menor nivel desde febrero, arrastrado por la banca (con retrocesos de hasta el 21,73%, caso de Liberbank) y la pérdida del 26,86% por la aerolínea hispano-británica IAG, y un volumen de negocio que superó los 4.000 millones (frente a los habituales 2.500 millones) a causa del frenesí desinversor.

El gran castigo a la Bolsa española obedeció a la alta volatilidad tradicional del mercado español (más propenso a las caídas y a las remontadas), su elevada exposición al riesgo británico (un tercio de las empresas del Ibex operan en el Reino Unido y sólo ellas perdieron ayer 30.000 millones de valor bursátil), el acusado peso en el parqué español (supone el 40% del Ibex) del sector bancario (el más castigado en todos los países), la elevada dependencia de algunos bancos del mercado británico (el Santander y el Sabadell, con filiales en el Reino Unido, donde concentran entre el 21 y el 29% de sus negocios, perdieron más del 19% de su capitalización) y la alta vulnerabilidad de la economía española a las turbulencias financieras a causa del elevadísimo endeudamiento público, privado y externo del país.

La tempestad vendedora supuso que el Ibex perdiese, en una sola sesión, unos 62.200 millones de euros de capitalización bursátil y que acumule unas pérdidas en lo que va de año del 18,40%.

La corriente vendedora sacudió a las bolsas desde Asia a América. Tokio cayó el 7,92%; Seúl, el 3,09%; y Shanghai, el 1,29%. En Europa, Milán sufrió un quebranto similar al español (cedió el 12,48%), seguida por París (8,04) y Fráncfort (6,82). En América los grandes parqués abrieron también a la baja y Nueva York cerró en el -3,39%.

Por qué Londres cae menos. En plena estampida de inversores, la Bolsa de Londres perdió el 2,76%, mucho menos que las plazas continentales. Esta mayor resistencia obedeció al desplome de la libra esterlina en el mercado cambiario, lo que favorece los resultados de las empresas exportadoras británicas y de las multinacionales del país que cotizan en Bolsa, tanto porque la debilidad de la libra mejora su competitividad como porque acrecienta el valor de sus resultados en el exterior al expresarlos en la moneda propia.

Divisas en jaque. El mercado de divisas también se vio profundamente alterado. La libra esterlina llegó a desmoronarse el 11%, hasta mínimos de 1985, aunque fue atemperando su hundimiento a lo largo de la jornada por la acción concertada (pactada previamente) de los grandes bancos centrales para inundar el mercado de liquidez y evitar estrangulamientos en los mercados cambiarios. El Banco de Inglaterra anunció su disposición a movilizar 306.000 millones de euros (equivalentes a 250.000 millones de libras). Avanzada la tarde, la libra cedía el 4% frente al euro y el 6% en su cruce con el dólar. Y el euro, que se apreció el 4,91% frente a la libra, cedió el 1,91% ante el dólar.

La caída de la libra expresa el temor a un frenazo económico en el Reino Unido y a un repunte de la inflación (del que la depreciación de la divisa también es causa) y pone de manifiesto una fuga de capitales hacia otras áreas monetarias para anticiparse a la desconexión, en el plazo de dos años, del Reino Unido con la UE y a la pérdida por la City de su papel como centro financiero europeo.

El nerviosismo y el miedo a los desconocido que suscitó la decisión británica primó la demanda de los valores tradicionalmente considerados como refugio.

Los valores refugio. El dólar, el yen y el franco suizo sufrieron elevadas apreciaciones y el banco central helvético intervino para frenar la remontada de su divisa. El Banco Popular de China también salió al paso con una inyección de 170.000 millones de yuanes (22.850 millones de euros) y el BCE, la FED de EE_UU y el_Banco de Japón anunciaron elevados paquetes de liquidez.

El oro y el petróleo. El precio del oro, otro de los valores considerados como refugio en casos de inestabilidad, se disparó el 4,2%, hasta los 1.315,50 dólares. El alza del oro (en máximos de dos años) y del dólar, que suelen comportarse de forma inversa, tenderá a disociarse en algún momento. El petróleo, que también cotiza a la inversa que el dólar, cedió ayer posiciones tanto por esta causa como por el temor a que las perturbaciones desaceleren aún más la economía mundial y la demanda global de crudo.

Primas de riesgo. En el mercado de deuda, el bono alemán a diez años volvió a actuar como cobijo, con una elevadísima demanda que elevó su precio y redujo su rentabilidad hasta establecer otro mínimo histórico en el -0,17%. Los inversores, acuciados por el pánico, pagan para comprar tranquilidad.

El efecto inducido fue una elevación de la rentabilidad exigida a los bonos de la periferia, con un ascenso de sus primas de riesgo._Portugal lideró las subidas (58 puntos básicos, hasta los 366), seguida por España (179, con un alza de 36), Italia (subió 35, hasta 164) y por_Reino_Unido (149),_Noruega (135) e Irlanda (93), los tres con subidas de 22._Sólo cedió Grecia (bajó 13, hasta los 787).

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