El grupo terrorista Estado Islámico (EI) reivindicó ayer la masacre perpetrada el jueves por la noche en Niza por Mohamed Lahouaiej Bouhlel, de 31 años y origen tunecino, quien causó 84 muertos, 10 de ellos niños, y 200 heridos al arrollar con un camión a decenas de personas que asistían a los fuegos artificiales de la fiesta nacional de Francia. El asesino fue abatido por la Policía, que ahora busca cómplices.

"Uno de los soldados del Estado Islámico ejecutó la operación (...) en respuesta a los llamamientos de atacar a los ciudadanos de los países que integran la coalición internacional que combate contra el EI en Irak y Siria", anunció, citando a una fuente "de seguridad", la agencia "Amaq", vinculada al grupo yihadista.

Para la Fiscalía gala, el atentado de Niza encaja en el tipo de amenaza del EI, cuyo portavoz, Al Adnani, instó a usar armas o coches para matar a infieles. El móvil del camionero asesino hallado en el vehículo de la matanza y material informático incautado en su domicilio llevaron a la detención de otras tres personas, con lo que son cinco los arrestados.

Frente a las acusaciones de la oposición, el titular del Interior, Bernard Cazeneuve, afirmó que la masacre era muy difícil de evitar porque Bouhlel "se radicalizó muy rápidamente", según los testimonios del entorno del tunecino. El ministro desveló que aparte de una pistola "no tenía armas ni explosivos" cuando arrolló a la gente. Su actuación muestra "la extrema dificultad de la lucha antiterrorista, porque estamos ante individuos sensibles a los mensajes del Estado Islámico", que perpetran "acciones extremadamente violentas sin haber combatido, haber sido entrenados o disponer de armas para crímenes masivos", añadió Cazeneuve, a quien la ultraderechista Marine Le Pen pidió que dimita.

Uno de los cinco interrogados para determinar si Bouhlel tuvo cómplices declaró que éste se había radicalizado muy recientemente. Según dijo, en las últimas semanas había manifestado posiciones extremistas y se había dejado barba. La Policía sigue tomando declaración a la exmujer del asesino, detenida el viernes.

El tunecino Bouhlel estuvo a tratamiento psicológico durante años antes de salir del país hacia Francia, reveló su hermana, Rabeb Bouhlel. Su padre aseguró que estaba enfermo y era violento. Aunque el EI le consideró ayer uno de sus "soldados", no había dejado en su entorno ningún signo de radicalización religiosa. Varios de sus vecinos afirman que era mujeriego e iba al gimnasio en vez de a la mezquita.

El camión del atentado irrumpió en el Paseo de los Ingleses, reabierto ayer (donde 30.000 personas presenciaban los fuegos ), pese a las barreras y a los coches de Policía que cerraban el paso en la calzada, subiéndose a la acera de forma muy violenta, precisó el ministro Cazeneuve, al responder al presidente de Niza, Christian Estrosi, quien denunció que el dispositivo de 250 agentes era insuficiente. De los veintiséis heridos que siguen en estado crítico, cinco son niños. Dos familias han perdido cada una a seis de sus miembros en el atentado. Hay dos muertos y diez heridos sin identificar. Once españoles siguen sin localizar.