El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan (en la foto), inauguró ayer el puente Yavuz Sultan Selim, el tercero que une Asia y Europa salvando el estrecho del Bósforo. La infraestructura, suspendida y atirantada, cuenta con torres de 320 de altura que lo convierten en el puente colgante más alto del mundo. El sultán Selim, de quién recibe el nombre, se convirtió en califa del Islam en 1512, su hijo, Solimán I, expandió el Imperio Otomano hasta las puertas de Viena y disputó la primacía de Aragón y Venecia en el Mediterráneo.