El enviado especial de Estados Unidos para la lucha contra el Estado Islámico (EI), Brett McGurk, tildó ayer de "inaceptables" los enfrentamientos entre rebeldes sirios respaldados por Turquía y unidades de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza integrada mayoritariamente por las milicias kurdas y apoyada por Washington.

Turquía considera que las milicias kurdas son filiales del grupo armado que opera en su país, el PKK, y los considera terroristas. Ayer, el Ejército turco y sus aliados locales sirios conquistaron una decena de localidades al sur de la ciudad siria de Yarábulus, que estaban en manos de las milicias kurdas, las cuales se las habían arrebatado al Estado Islámico. El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, acusó a las milicias de estar llevando a cabo una limpieza étnica en el norte de Siria y argumentó que tratan de imponer a su propio pueblo en las zonas arrebatadas a los yihadistas del EI.

En el otro bando, las milicias kurdas se retiraron de la zona de Yarábulus y comenzaron a reforzar con personal y armamento el bastión de Manbij. Asimismo, acusaron a Turquía de intentar ocupar la ciudad de Kobani y de construir un muro en el Kurdistán sirio.