"La paz es montañosa como Asturias, tiene altibajos". Esta frase la pronunció en Oviedo el 19 de noviembre de 1996 Simon Peres, el hombre al que hoy todo Israel llora con dolor. El ex primer ministro y Nobel de la Paz falleció ayer a los 93 años, dos semanas después de sufrir un derrame cerebral. Peres, que estuvo al frente de la política nacional israelí durante cinco décadas, es considerado como "el último de los padres fundadores" del Estado judío. En su viaje a Asturias aseguró que la capital de la región representa "la cuna de la cultura, de la hospitalidad y del intento por lograr la paz para la humanidad". En esa misma visita, destacó que "nadie puede detener la marcha de la historia, como no se puede detener el conocimiento".

El israelí, que pasará a la historia como el artífice de los acuerdos de Oslo con los palestinos, participó en 1996 en el Campus Internacional, un foro de debate organizado por el Ayuntamiento, la Universidad y LA NUEVA ESPAÑA. En su ponencia, el autor del libro "Mi lucha por la paz" -que fue publicado en España por Editorial Prensa Ibérica, empresa editora de este diario- advirtió que el problema del futuro será el "fundamentalismo", que "lo alimenta la pobreza" y que es "tan peligroso para los musulmanes como para nosotros". Simon Peres, un visionario de la tecnología como herramienta para construir la paz, afirmó que Oviedo "es una ciudad agradable, porque al ser pequeña permite que se mantenga la escala humana en las relaciones". De ella, se marchó con la medalla de oro de la Universidad de Oviedo y con una reproducción en plata de la catedral, que le concedió el Ayuntamiento.

El premio Nobel aprovechó su ponencia en Asturias para visitar la redacción central de LA NUEVA ESPAÑA, en Oviedo, donde charló con directivos y redactores. "Un periódico representa la historia y la cultura de su tierra", dijo. En las instalaciones del diario se produjo un encuentro de lo más entrañable y emocionante: Peres conoció a un fogonero de Gozón, Amaro Fernández, que en 1947 llevó 800 judíos a Palestina. Con ayuda del francés de su nieto, Alain Fernández, el gozoniego consiguió contar su historia a una de las mayores personalidades que ha dado el Estado de Israel. El relato terminó en un abrazo, que ayer Fernández recordaba con motivo de la muerte de Peres.

La triste noticia la dio su hijo Jemi Peres, quien describió al expresidente como "uno de los padres fundadores del Estado de Israel", declarado en 1948 por David Ben Gurión, de quien el dirigente fallecido fue su mano derecha. "Mi padre amó Israel hasta su último suspiro. Todos compartimos el dolor", subrayó. Y efectivamente la sensación de luto se transformó inmediatamente en un aluvión de comunicados de políticos e instituciones.

Una de ellas, la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) recordó ayer que Peres dedicó su vida a "servir al sueño sionista" y "abandona este mundo habiendo cumplido su misión". "Confiamos en que la figura de Simon Peres sea un referente para los líderes políticos de todo el mundo en pos de la coexistencia, la paz y la prosperidad", manifestaron. El último adiós a Peres será mañana en el cementerio del Monte Herzl, donde descansan los "grandes de la Nación" de Israel.