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La lucha por la Casa Blanca | Las claves de la votación

Guía para orientarse en una noche electoral cargada de resultados

Catorce estados, en los que Clinton y Trump empatan, tienen la llave de las cruciales presidenciales de hoy en EE UU

Los 50 estados de EE UU aparecen en el gráfico agrupados en tres bloques: los indecisos, que tienen la llave del resultado final, y los que según las encuestas son feudos firmes de Clinton o Trump.

Las últimas encuestas de ámbito nacional difundidas sobre las elecciones presidenciales de hoy en EE UU daban a la demócrata Hillary Clinton una ventaja de tres a cuatro puntos sobre su rival republicano, Donald Trump. Un relativo alivio para los seguidores de la exsecretaria de Estado, aunque, en realidad, esa ventaja no quiere decir nada. Por dos razones. En primer lugar, porque esa horquilla cae dentro del margen de error de los sondeos, lo que en la práctica obliga a hablar de empate técnico. En segundo lugar, porque el sentido de estos comicios no se va a decidir a escala nacional sino en un pequeño grupo de catorce estados, aquellos en los que las encuestas dan diferencias de intención de voto inferiores a los cinco puntos.

El sistema de elección presidencial estadounidense es de representación indirecta. Cada estado, en función de su población, tiene atribuido un número de delegados o votos electorales. California, por ejemplo, vale 55 votos, mientras que Alaska sólo cuenta tres. El candidato que gana en un estado se lleva todos sus votos electorales, salvo en Maine y en Nebraska, donde se aplica una corrección proporcional. El conjunto de todos los delegados de EE UU forma el Colegio Electoral, compuesto por 538. De modo que la clave para ganar las elecciones es tener al menos 270 delegados. Y, por supuesto, evitar que una carambola del azar deje a cada candidato con 269.

Pues bien, tras establecer una media ponderada, estado por estado, de todas las encuestas de los últimos diez días, la web RCP sostiene que Clinton tiene 115 votos del todo seguros, 53 muy seguros y 35 casi seguros. O sea que, salvo catástrofe, cuenta con un suelo de 203 delegados. Le faltan, pues, 67, que deberá sacar de los 171 que otorgan los catorce estados indecisos.

Por su parte, Trump contaría con 63 votos del todo seguros, 92 muy seguros y 9 casi seguros. Total, 164. O sea, que para ganar tendrá que hacerse con 106 de esos 171 votos que reparten los catorce estados llamados pendulares, por su tendencia a cambiar de manos y que, como puede verse en el gráfico son Florida (29 votos), Pensilvania (20), Ohio (18), Michigan (16), Georgia (16), Carolina del Norte (15), Virginia (13), Arizona (11), Colorado (9), Iowa (6), Nevada (6), Nuevo México (5), Nuevo Hampshire (4) y Maine (3).

Así pues, la esencia de la batalla real entre Clinton y Trump son esos 67 delegados requeridos por la exsenadora para ganar, que contrastan con los 106 que necesitaría Trump. Ahora bien, de los 14 estados en cerrada disputa, unos son más bien proclives a Clinton y los otros lo son a Trump. Y el más valioso de todos, Florida (29) registra un empate absoluto.

Clinton cuenta con una ligera delantera en tres estados grandes -Pensilvania (20), Michigan (16) y Virginia (13)- y tres pequeños -Maine (3), Colorado (9) y Nuevo México (5)-, que en total valen 66 votos. Trump, en cambio, lleva cierta ventaja en cuatro grandes -Ohio (18), Georgia (16), Carolina del Norte (15) y Arizona (11)- y tres pequeños -Nuevo Hampshire (4), Nevada (6) e Iowa (6)-, que en total valen 76 votos.

En suma, Trump tendría que ganar todos los estados indecisos en los que tiene alguna ventaja y todavía le faltarían 30 votos que tendría que "robarle" a Clinton. Ahí es donde Florida juega un papel fundamental, con sus 29 votos, porque si se hiciese con ella, ya sólo le faltarían uno más.

Sin embargo, si es Clinton quien se impone en Florida, la partida estaría casi decidida. Por un lado, sólo tendría que asegurarse 38 votos más, que podría obtener sumando sus tres grandes -Pensilvania, Michigan y Virginia- o dos grandes y varios pequeños. Por otro lado, a Trump se le pondría muy cuesta arriba ganar todos los suyos y arrancarle, de añadidura, 30 votos más a Clinton. Al final, la conclusión es doble pero sencilla: el ganador necesita Florida y a Clinton le basta con ganar parte de "sus" indecisos, mientras que Trump los necesita todos y parte de los de Clinton.

Como remate, conviene saber que en los 14 estados pendulares, el candidato republicano de 2012, Mitt Romney, sólo ganó en tres (Georgia, Carolina del Norte y Arizona). Sin embargo, no ha de despreciarse que en Ohio, el Estado en el que desde 1960 se ha impuesto siempre el vencedor de las elecciones, Trump llevaba anoche un promedio de ventaja del 3,5%. La mirada detallada parece conceder, pues, una leve ventaja a Clinton, pero la fragilidad de sus opciones es elevada.

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