El presidente de la Cámara de Representantes de EE UU, el republicano Paul Ryan, se garantizó ayer la reelección en la legislatura que comienza en enero al ser apoyado para el cargo por unanimidad de su grupo parlamentario. Los republicanos tendrán mayoría absoluta en la nueva Cámara (238 a 193, cuando faltan cuatro escaño por atribuir a causa de reclamaciones), pese a haber bajado ligeramente respecto al bienio precedente en el que controlaban con un 246 a 188.

Para Ryan, que se caracterizó por su oposición a Donald Trump durante la pasada campaña presidencial, era capital obtener la unanimidad, ya que un respaldo menor podría haberle colocado en situación de apuro en enero, cuando se celebre la votación de toda la Cámara para elegir al Presidente.

En la Torre Trump de Nueva York -cuartel general del presidente entrante- continúan mientras tanto los preparativos del nuevo Gobierno. Dos asuntos captaron ayer la atención: por un lado, el exalcalde de Nueva York Rudolph Giuliani, de 72 años, suena con fuerza creciente para hacerse cargo del departamento de Estado, cuando hasta ahora se pensaba más bien en él como Fiscal General (ministro de Justicia).

Ayer fueron la agencia AP y el diario "The Wall Street Journal" los que insistieron en el nombre de Giuliani -que carece de cualquier experiencia en política exterior- como responsable de la diplomacia estadounidense en sustitución de John Kerry. La agencia de noticias descartó, además, de plano la candidatura para ese cargo del exembajador ante la ONU John Bolton, que había sonado en los últimos días, después de que en los primeros compases fuera el nombre del expresidente de la Cámara Newt Gingrich el favorito. Giuliani descartó el lunes para sí el cargo de Fiscal General y tras apuntar que Bolton sería un buen secretario de Estado respondió con un nada enigmático "tal vez yo" a la pregunta sobre si no habría un candidato mejor.

Entre tanto, el neurocirujano Ben Carson, candidato en los primeros compases de las primarias se autodescartó como miembro del Gobierno, en el que sonaba para Sanidad o Educación. "El doctor Carson no cree que esa sea la mejor forma de servir al presidente electo", informó un portavoz del neurocirujano.

El ir y venir es continuo en la Torre Trump, donde ayer se vio al vicepresidente electo, Mike Pence, sumarse a las reuniones. Pence preside el equipo encargado de la transición, nombramiento que junto al del presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, como jefe de gabinete, y al del activista de la ultraderecha Stephen Bannon como asesor en jefe de la Casa Blanca, son los únicos cerrados hasta ahora.

Antes de la llegada de Pence a la Torre Trump habían llegado otras figuras próximas a Trump, como Steven Mnuchin, antiguo directivo de Goldman Sachs, quien es firme candidato a la secretaría del Tesoro y dio pie al segundo aspecto más importante de la jornada. "Estamos trabajando en el plan económico para asegurarnos de que será aprobada la ley tributaria con los mayores cambios desde Reagan", explicó, dando cuerpo a una de las grandes promesas de la campaña.