La decisión de considerar al excandidato presidencial Mitt Romney para el puesto de secretario de Estado ha abierto una brecha en el equipo de transición de Donald Trump, que está "enfurecido" por las críticas hechas por su jefa de campaña Kellyanne Conway, para quien esa elección supondría "traicionar" a sus votantes.

Según fuentes del equipo citadas por la cadena MSNBC, el círculo de los más estrechos colaboradores del magnate teme que Conway esté "impulsando su propia agenda en lugar de trasladar el mensaje del presidente electo".

Conway cargó el domingo contra Romney por su falta de experiencia internacional pero, sobre todo, por haberse opuesto frontalmente a Trump durante la campaña: "Yo estoy totalmente por la unidad del partido, pero no estoy segura de que el precio a pagar por ella sea el puesto de secretario de Estado. Ni siquiera sabemos si Mitt Romney votó por Trump".