Malta, una pequeña isla de medio millón de habitantes, asumió ayer la presidencia semestral del Consejo de la Unión Europea (el antaño llamado Consejo de Ministros), en unos momentos en los que la Unión lucha por mantenerse a flote en un mar revuelto por el desafío de iniciar las negociaciones para la salida del Reino Unido ("Brexit"), reto al que se suma la necesidad de gestionar la oleada de inmigración y luchar contra el terrorismo y el desempleo. El Gobierno del laborista Joseph Muscat dirigirá hasta el próximo 30 de junio el Consejo, que no ha de confundirse con la cumbre de gobernantes o Consejo Europeo, presidido por el polaco Donald Tusk. Será la primera presidencia semestral de Malta desde su ingreso en la UE en 2004.