Investigadores de la Policía israelí llegaron ayer por la tarde a la residencia oficial del primer ministro, Benjamin Netanyahu, para interrogarlo por varios casos de corrupción. Los vehículos policiales entraron en el recinto poco antes de las siete de la tarde, hora prevista para un interrogatorio sin límite de tiempo.

Netanyahu deberá responder a las sospechas de haber recibido importantes regalos y gratificaciones por parte de empresarios, según se desprende de investigaciones policiales sobre sendos casos de soborno y fraude.

Tras el interrogatorio, la Fiscalía decidirá si abre una investigación criminal, en la que podrían imputársele a Netanyahu delitos de fraude, quiebra de confianza y aceptación ilegal de regalos. "Todavía no lo celebréis", advirtió el primer ministro a la oposición horas antes de ser interrogado, aludiendo así al revuelo generado por las acusaciones contra él.