El Kremlin se declaró hoy "cansado" de las acusaciones de Estados Unidos contra Rusia por los supuestos ciberataques rusos para influir en los resultados de las elecciones presidenciales norteamericanas.

"Estamos bastante cansados de esas acusaciones. Esto recuerda, efectivamente, una 'caza de brujas' en toda su magnitud", dijo a la prensa Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin.

Recordó que EEUU ya vivió "cazas de brujas" en otros períodos de su historia, pero después llegaron etapas en la que sus dirigentes eran más sensatos y partidarios del diálogo, en clara alusión al presidente electo, Donald Trump.

Peskov insistió en que el informe hecho público el pasado 6 de enero, en el que las agencias de inteligencia de EEUU aseguran que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó influir en las elecciones estadounidenses mediante ciberataques, no aporta ninguna evidencia.

"Desde nuestro punto de vista, a día de hoy siguen sonando acusaciones absolutamente gratuitas y sin ningún fundamento", subrayó.

El portavoz del Kremlin consideró que las recientes acusaciones son más propias de aficionados que de profesionales de los servicios secretos, que denunciaron que Rusia también recurrió a la propaganda y la desinformación para interferir en el proceso electoral.

Por otra parte, declinó opinar sobre las reacciones de Trump sobre los supuestos ciberataques rusos, polémica que el presidente electo tachó de "caza de brujas" orquestada por sus adversarios.

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Trump aseguró que no hay "evidencias" de que los ciberataques influyeran en el resultado de los comicios, aunque reconoció por vez primera que Rusia y China, así como otros países o grupos, están tratando "constantemente" de violar la seguridad de los sistemas cibernéticos de EEUU.

Mientras, el jefe de gabinete de la futura Administración, Reince Priebus, aseguró al respecto que Trump no ha negado en ningún momento que organizaciones rusas estuvieran detrás de los ataques informáticos y no descartó que una vez asuma el cargo tome medidas contra Moscú.

El informe de las agencias de inteligencia estadounidenses subraya que Putin decidió ordenar la injerencia en las elecciones presidenciales porque sentía una "clara" preferencia por Donald Trump, quien resultó elegido frente a la demócrata Hillary Clinton.

"Los objetivos de Rusia eran socavar la fe pública del proceso democrático de EEUU, denigrar a la secretaria (de Estado, Hillary) Clinton, dañar su posibilidad de ser elegida y su potencial presidencia", sostienen el FBI, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).

A finales del pasado año el presidente de EEUU, Barack Obama, decidió imponer a Rusia duras sanciones diplomáticas y económicas, entre las que destaca la expulsión de 35 diplomáticos rusos.

Putin, que tachó esos pasos de "inamistosos", pero declinó responder con sanciones contra EEUU, ha negado en numerosas ocasiones que el Kremlin esté detrás de esos ataques cibernéticos.

"¿Acaso Estados Unidos es una república bananera? EEUU es una gran potencia. ¿Cómo puede Rusia influir en la elección del pueblo estadounidense?", se preguntó Putin en una ocasión.