España elevó ayer la representación que envía hoy al funeral por el expresidente portugués Mário Soares, el primero de Estado en el país vecino desde la Revolución de los Claveles de 1974. El Rey será finalmente quien encabece la delegación española. En principio, el Ejecutivo había previsto enviar al frente de la delegación al ministro de Exteriores, Alfonso Dastis. Ayer, primero de tres días de luto, largas colas de ciudadanos aguardaban a las puertas del Monasterio de los Jerónimos, donde se instaló la capilla ardiente, para despedir a quien fue su presidente de 1986 a 1996. Antes, el féretro, montado en un coche fúnebre tirado por caballos (en la foto), recorrió las calles de la ciudad.