El "Brexit" será completo e implicará la salida de Reino Unido del mercado único, según explicó ayer en un esperado discurso la primera ministra británica, Theresa May, quien precisó, no obstante, que Londres pretende alcanzar un acuerdo de libre comercio con la UE. El texto del entendimiento que logren el Reino Unido y la Unión será sometido a votación en el Parlamento, añadió May.

El discurso fue bien acogido en los mercados, ya que la libra llegó a revalorizarse un 3,09% frente al dólar, su mayor alza diaria desde 2008. No obstante, la depreciación de la divisa británica frente al billete verde desde el pasado 23 de junio, fecha del referéndum sobre el "Brexit", ha sido del 16,5% y ha generado un repunte inflacionario que situó en el 1,6% el IPC interanual en diciembre.

Por el contrario, la intervención fue mal acogida por el Ejecutivo escocés, cuya líder, Nicola Sturgeon, afirmó que el "Brexit" duro no es lo que quieren los escoceses, que deberían tener opción a un referéndum para ver si desean seguir a Londres en su abandono o independizarse y mantenerse en la UE.

May defendió una salida completa y amistosa, que debe quedar negociada al cabo de los dos años que comenzarán a contar cuando Londres se acoja al artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que se prevé para finales de marzo.

"Seguiremos siendo socios fiables, aliados dispuestos y estrechos amigos. Queremos comprar vuestros productos, venderos los nuestros, comerciar con vosotros lo más libremente posible, y trabajar unos con otros para asegurarnos de que todos estamos más seguros y somos más prósperos mediante una amistad continuada". Pero para ello, Reino Unido busca "una nueva alianza en pie de igualdad, entre un Reino Unido independiente, autogobernado y global, y nuestros amigos y aliados de la Unión Europea".

May propuso un acuerdo de transición flexible, con plazos específicos para determinados aspectos. En su opinión, "un proceso de aplicación por fases" sería beneficioso tanto para su país como para la UE, si bien dejó claro que dicha transición no puede ser indefinida.

Las grandes líneas del plan esbozado por May son las siguientes: 1) Salida total y clara. 2) Recuperar el control íntegro de las normas y leyes. 3) Mantener la comunicación con Irlanda para no restaurar la frontera entre el norte y el sur de la isla. 4) Limitar el número de comunitarios que llegan al Reino Unido. 5) Garantizar plenamente y cuanto antes los derechos de los comunitarios que viven en el Reino Unido y los de los británicos que lo hacen en la UE. 6) Mantener los derechos de los trabajadores, trasladando la legislación europea al corpus legal británico. 7) Establecer un "ambicioso" tratado de libre comercio con la UE, que otorgue la máxima libertad de operaciones a las firmas británicas en los mercados europeos y a las europeas en el Reino Unido. 8) Forjar un "Reino Unido global" que establezca nuevos acuerdos comerciales con terceros países. La permanencia en el mercado único se lo impediría a Londres. 9) Cooperación máxima con la UE en las estrategias contra el terrorismo y la delincuencia internacional, así como en Defensa.

La reacción de las instituciones europeas fue inmediata. "Es un proceso triste, son tiempos surrealistas, pero al menos el anuncio sobre el 'Brexit' es más realista", escribió en un tuit el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. El ministro de Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, insistió en una negociación constructiva y amistosa, si bien recordó, que, en contra de lo que busca Londres, las negociaciones no empezarán hasta que May no active el artículo 50.