La ministra principal del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, anunció ayer que empezará a promover la legislación pertinente para celebrar un segundo referéndum de independencia de Escocia entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019. El anuncio se hizo coincidiendo con la votación en los Comunes de la ley que debe permitir al Gobierno iniciar el proceso de salida del Reino Unido de la UE ("Brexit").

En una rueda de prensa en Bute House, su residencia oficial en Edimburgo, la líder independentista señaló que debe "actuar" antes de que sea "demasiado tarde", debido al "muro de intransigencia" que le plantea el Gobierno de la conservadora Theresa May ante el "Brexit", que fue rechazado por un 62% de los escoceses que participaron en el referéndum del 23 de junio de 2016.

"En mi opinión, es importante que Escocia pueda ejercer el derecho a elegir su propio futuro cuando las opciones estén más claras que ahora, pero antes de que sea demasiado tarde para decidir nuestro propio camino", afirmó Sturgeon. Se supone que May pondrá en marcha el proceso del "Brexit" hacia finales de este mes, por lo que la negociación con Bruselas debería quedar terminada, como muy tarde, en la primavera de 2019.

La ministra principal precisó que la semana próxima pedirá al Parlamento autónomo escocés que le autorice a solicitar la llamada "Orden 30" del Parlamento de Londres, que, si es concedida, permitiría convocar ese segundo referéndum, tras el celebrado el 18 de septiembre de 2014. La líder del Partido Nacionalista Escocés (SNP) argumentó que el pueblo de Escocia debe poder elegir entre convertirse en una nación independiente o "el Brexit' duro" que promueve May, que ya ha dicho que quiere dejar completamente la UE, incluido el mercado único.

Mientras tanto, en Londres, los parlamentarios nacionales debatían la ley del "Brexit", a la que la Cámara de los Lores ha añadido dos enmiendas que disgustan al Gobierno: una para garantizar que los derechos de los ciudadanos de la UE residentes en Reino Unido no se verían afectados por el "Brexit" y una segunda para que el Parlamento tenga la última palabra a la hora de aprobar o rechazar el plan que negocie el Ejecutivo británico con las autoridades europeas.

Ambas enmiendas fueron tumbadas ayer por la tarde por la Cámara de los Comunes, la primera con un tanteo de 335 a 287, y la segunda con un 331 a 286. El rechazo de los Comunes recupera por tanto el texto al que la Cámara Baja ya había dado luz verde previamente, idéntico al presentado por el Gobierno de May. El documento vuelve ahora a la Cámara de los Lores, que aún puede aprobar nuevos cambios.