El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, lanzó ayer una amenaza a Europa, pocas horas antes del atentado de Londres, que resultó premonitoria. Erdogan advirtió a los ciudadanos europeos que "no podrán salir en paz a las calles" si Europa "continúa comportándose así" y volvió a denunciar el supuesto maltrato que sufre su país.

Las quejas de Erdogan se inscriben en la crisis diplomática abierta el pasado día 11 tras prohibir Holanda, que se encontraba en plena campaña electoral, el acceso a su territorio a dos ministros turcos. Los miembros del Gobierno de Ankara pretendían participar en actos a favor del sí en el referéndum sobre la ampliación de los poderes de Erdogan que se celebrará en Turquía el próximo día 16. Holanda recibió acto seguido el apoyo explícito de la UE y de numerosos de sus países miembros con Alemania, donde residen varios millones de turcos, y Francia a la cabeza.

"Todo esto es seguido atentamente en todo el mundo. Si continuáis comportándoos así, ningún europeo, ningún occidental, podrá el día de mañana, en ningún sitio del mundo salir a las calles con seguridad y paz", advirtió el político islamista. "Si abrís esa peligrosa vía, afrontaréis el mayor daño", advirtió el jefe del Estado turco ante un grupo de periodistas en Ankara.

"Turquía no es un país que pueda ser perseguido aquí y allá, con cuyo honor se pueda jugar, a cuyos ministros se les pueda poner en la puerta y a cuyos ciudadanos se les puede arrastrar por el suelo", se quejó Erdogan, quien se encuentra en plena escalada verbal con la UE y ya ha amenazado con lanzar a 15.000 refugiados al mes sobre Europa.

El contencioso entre Turquía y la UE siguió escalando ayer durante la toma de posesión del nuevo presidente alemán, Frank Walter Steinmeier. El nuevo jefe de Estado germano pidió la liberación del periodista turco-alemán Deniz Yücel, detenido en Turquía. Yücel, corresponsal en Turquía del diario alemán "Die Welt", está detenido hace más de un mes en Estambul bajo la imputación de propaganda terrorista y Erdogan lo ha acusado públicamente de ser un agente alemán y de apoyar el terrorismo.

"Es mucho lo que está en juego en Turquía y también con respecto a las relaciones entre Turquía y nosotros", dijo Steinmeier, quien expresó su preocupación por la situación en Turquía, que vive una deriva dictatorial desde el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio. El presidente alemán se mostró inquieto por el estado de las relaciones turco-germanas y pidió a Erdogan que ponga fin a sus acusaciones al gobierno alemán de utilizar "métodos nazis".

El nuevo presidente subrayó que no se debe mirar a Turquía con arrogancia, recordó que el país había pasado por una fase de reformas y de aproximación a Europa, que se encuentra en estado de pleno estancamiento, y pidió a Erdogan que no ponga en riesgo lo que él y otros ayudaron a construir. En un intento de rebajar la tensión entre los dos países, la plataforma organizadora en Alemania de la campaña en favor del voto en el referéndum turco del 16 de abril, anunció que renuncia a celebrar más mítines en el país, como un "gesto" apaciguador.

Mientras, en Londres, el Consejo Musulmán del Reino Unido condenó el atentado contra el Parlamento de Westminster, "el centro de la democracia" británica, si bien subrayó que "aún es pronto para especular sobre los motivos".