El terrorismo volvió a golpear este lunes con saña a Rusia con un atentado con bomba en el metro de San Petersburgo, que causó al menos once muertos y decenas de heridos, justo cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, se encontraba en la ciudad.

Según el Ministerio de Sanidad, siete personas murieron en el acto, otra en ambulancia y tres más ya en el hospital, mientras seis de los heridos se encuentran en estado grave debido a heridas de metralla y quemaduras.

El atentado ocurrió poco antes de las 15:00 hora local (12:00 GMT) del lunes, en una jornada en la que se reanudaba el curso escolar tras las vacaciones primaverales en Rusia.

Aunque al principio se informó sobre dos explosiones, el Comité Nacional Antiterrorista (CNA) aseguró en un comunicado que la explosión ocurrió entre dos céntricas estaciones -"Tejnologuicheskiy Institut" y "Sennaya Ploschad"- de la línea azul del metropolitano.

"El maquinista del tren en uno de cuyos vagones tuvo lugar la explosión actuó sensatamente en una situación complicada. La explosión ocurrió entre dos estaciones, pero él tomó la decisión absolutamente correcta de no parar el convoy hasta llegar a la estación", informó Svetlana Petrenko, portavoz del Comité de Instrucción. Eso, según la funcionaria, "permitió comenzar la evacuación inmediatamente y ayudar a los heridos".

La explosión causó una gran humareda, lo que obligó a evacuar a un gran número de pasajeros en ambas estaciones, dos de las más concurridas de la ciudad, tras lo que las autoridades optaron finalmente por cerrar todo el metro hasta el día siguiente.

Caos en el metro de San Petersburgo tras el atentado

Caos en el metro de San Petersburgo tras el atentado

Caos en el metro de San Petersburgo tras la explosión. Vídeo: Atlas

En las primeras imágenes divulgadas por los medios de comunicación se veían varios cuerpos ensangrentados tendidos frente a un vagón del metro con las puertas arrancadas de cuajo debido a la onda expansiva.

Además, otro artefacto explosivo casero fue desactivado por los artificieros en la estación de metro "Ploschad Vosstania", junto a la principal estación de trenes de la ciudad (Moskovskiy).

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Ese artefacto, que fue colocado dentro de un extintor, tenía una potencia de un kilogramo de trilita, varias veces mayor que el que explotó, según fuentes oficiales.

La Fiscalía General rusa incoó un caso penal por terrorismo después de que Putin asegurara públicamente que la principal hipótesis es un atentado terrorista, aunque el Comité de Instrucción aseguró que aún no se descarta ninguna versión.

"Naturalmente, siempre analizamos todas las variantes, accidental, criminal y, desde luego, que tenga carácter terrorista", afirmó Vladimir Putin.

Se busca a dos sospechosos

Por el momento se desconoce al autor del atentado y, aunque fuentes oficiales informaron en un principio de un posible acto suicida, dos personas ya han sido declaradas en busca y captura por colocar los dos artefactos explosivos en el metro.

Según los medios, las cámaras de seguridad del metro captaron la imagen de uno de los supuestos organizadores del atentado, un hombre de mediana edad con barba y gorro negros y aspecto de clérigo musulmán.

"Estamos buscando a dos personas como sospechosas de planear las explosiones, una de las cuales habría colocado el artefacto en el vagón de metro y una segunda que habría dejado una bomba en la estación de Ploshad Vosstania", ha asegurado un portavoz de las fuerzas de seguridad.

Las cámaras de vigilancia del metro de San Petersburgo han captado imágenes de la persona que presuntamente ha colocado el artefacto que ha estallado. De acuerdo con Interfax, la bomba estaba dentro de un maletín que habría sido dejado en el vagón por el "organizador del ataque".

El atentado ocurrió hoy cuando el jefe del Kremlin intervenía en San Petersburgo, su ciudad natal, en un foro de medios de comunicación organizado por su plataforma electoral, en el que aseguró que "la democracia parlamentaria tiene muchos defectos".

Algunos políticos rusos consideraron que no es casual que el atentado coincidiera con la presencia en la ciudad del líder ruso, que ha instado en numerosas ocasiones a los países occidentales a forjar un frente común contra el terrorismo.

"El lugar y el momento de la explosión no fue elegido al azar. En la ciudad se encontraba el presidente, se celebra un foro de medios de comunicación y hay muchos periodistas", declaró Víctor Ózerov, el jefe del comité de Defensa y Seguridad del Senado ruso.

El líder del parido Rusia Justa, Serguéi Mirónov, aprovechó el atentado para exigir el restablecimiento de la pena de muerte para los terroristas.

Las autoridades locales decidieron reforzar la seguridad en el aeropuerto de Púlkovo y en el resto de nudos de transporte de San Petersburgo, al igual que en los lugares de mayor concentración de gente, escuelas y guarderías.

Lo mismo han hecho las autoridades de Moscú, cuyo metro fue objeto en 2010 de dos atentados suicidas que causaron más de una treintena de muertos y que fueron cometidos por dos "viudas negras" de origen chechén.

Los últimos atentados terroristas en suelo ruso fueron cometidos por la guerrilla islamista de Chechenia, república caucásica rusa cuyo presidente, Ramzán Kadírov, calificó la explosión de hoy como "monstruosa".

Mientras, el grupo yihadista Estado Islámico acabó en octubre de 2015 con la vida de 217 turistas rusos al volar por los aires un avión de pasajeros poco después de que despegara de Egipto.

Los últimos atentados terroristas de gravedad ocurridos en territorio ruso tuvieron lugar en diciembre de 2013 en una estación de tren y un trolebús en Volgogrado, antigua Stalingrado, donde dos suicidas mataron a 34 personas.