La oposición venezolana subió ayer el tono de sus protestas con la organización de una macromarcha, que fue secundada en Caracas y Maracaibo por millones de personas. Tanto de día como de noche, tomaron las calles voces contrarias al Gobierno de Nicolás Maduro, que respondió con la convocatoria de otra manifestación de fieles y, sobre todo, con mucha represión. De hecho, murieron de un disparo dos jóvenes de 17 y 23 años, y un guarda. "Hay muchísima tensión", reconoce el gijonés José Antonio Escalera, residente en Venezuela. "Había mucha expectativa con la marcha y se esperaba que sucediese algo similar al golpe de 2002", cuenta Escalera a LA NUEVA ESPAÑA.

"Todavía ahora está la Guardia Nacional desmontando las barricadas", dice este asesor fiscal de camino a su trabajo. La oposición ha convocado para hoy una nueva manifestación frente a la que Maduro se muestra "crispado" y que supondrá el principio de una escalada de violencia. "Hay ruido de sables en el Gobierno. Dicen que hay un golpe de Estado y ya han detenido a algunos militares. El discurso del presidente es incendiario", comenta José Antonio Escalera. Los asturianos en Venezuela esperan que en las próximas horas o días se convoquen elecciones de gobernadores "para aliviar la situación", pero Nicolás Maduro seguirá sin ceder "ni un milímetro", como anunció ayer.