El Gobierno español desmintió ayer al embajador de Venezuela en España, Mario Isea, quien el jueves por la noche denunció haber sido "secuestrado" junto a un centenar de personas en el centro cultural Venezuela Diversidad Cultural, de Madrid, en el transcurso de una protesta de opositores que, dijo, le impedía salir a la calle.

Desde Caracas, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, exigió acto seguido al Ejecutivo español "estricto respeto a la Convención de Viena" que rige las relaciones diplomáticas y le pidió que garantice la integridad de los diplomáticos venezolanos en España.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el portavoz del Gobierno, Iñigo Méndez de Vigo, aclaró que "en ningún momento se ha producido un secuestro del embajador", que pudo haber abandonado el edificio en cualquier momento dado que la Policía desplegada en la zona garantizaba "su salida segura" y "las salidas nunca estuvieron bloqueadas".

Por otra parte, España ha propuesto a la UE que exija al régimen chavista la investigación de las casi 40 muertes de manifestantes registradas desde hace varias semanas en protestas opositoras.