El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dio ayer luz verde al despliegue de tropas en Qatar, una señal de apoyo al emirato después de que el lunes varios países del Golfo, liderados por Arabia Saudí, así como por Egipto, rompieran relaciones diplomáticas con Doha y promovieran su aislamiento por supuestos vínculos con el terrorismo.

El Parlamento turco aprobó el miércoles el proyecto de ley que da cobertura al despliegue y que fue presentado a la Cámara antes de que estallara la crisis diplomática. La norma obtuvo 240 votos a favor, gracias al apoyo del gubernamental AKP, el partido de Erdogan, y el opositor MHP.

Después de un despliegue inicial de las tropas en una base militar en Doha, donde ahora hay 90 militares turcos, también se enviarán aviones y buques, informó el diario "Hurriyet".

El ministro de Exteriores de Qatar, el jeque Mohamed bin Abdelrahman al Zani, dejó claro este jueves que su país no está dispuesto a cambiar su política exterior para resolver la disputa y denunció que el bloqueo "castiga" a la población y "sólo puede tener consecuencias negativas" para el conjunto de la región.

Los promotores del asedio diplomático a Doha, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto, emitieron ayer una lista de 59 individuos y 12 entes supuestamente apoyados por o vinculados con Qatar, entre ellos exponentes de los Hermanos Musulmanes e incluso un miembro de la familia real catarí.

Desde Washington, entre tanto, el secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, pidió al reino saudí y sus tres aliados que "suavicen el bloqueo" terrestre, marítimo y aéreo a Qatar, que tiene "consecuencias humanitarias" y entorpece la lucha contra el Estado Islámico y "las actividades de negocios en la región" de EE UU.

El propio Donald Trump instó después a Doha a "detener su financiación del terrorismo" y "volver a la comunidad de naciones responsables", y confió en que la cumbre de países árabes que él presidió en mayo en Riad suponga "el comienzo del fin del terrorismo" en el mundo.