El Gobierno del presidente de EE UU, Donald Trump, anunció ayer el fin del plan conocido como DACA, promulgado por Barack Obama y que ha protegido de la deportación a 800.000 indocumentados que llegaron de niños al país y son conocidos como "dreamers" (soñadores). La suspensión se hará efectiva dentro de seis meses para forzar, mientras tanto, al Congreso a encontrar una alternativa. El Legislativo es la única instancia con poder para cambiar el sistema migratorio en EE UU.

La anulación supone un fuerte golpe para la comunidad inmigrante de EE UU, ya que ha sido presentada como una decisión que pone por delante el empleo y la seguridad de los "trabajadores ciudadanos estadounidenses".

El fiscal general, Jeff Sessions, uno de los miembros del Ejecutivo con posiciones más duras en inmigración, calificó de "compasiva" la abrogación del programa, al que tachó de anárquico. "Lo compasivo es acabar con esta anarquía, sacar adelante nuestras leyes y si el Congreso elige hacer cambios en ellas, hacerlo a través de los procedimientos establecidos", sostuvo Sessions.

El intento de Sessions de dotar de un perfil "compasivo" a la medida enlaza con la promesa que hizo Trump de abordar con "corazón" el problema de los "dreamers", cuyo plan de protección se comprometió, ya durante la campaña electoral del 2016, a suprimir nada más llegase a la Casa Blanca.

Desde su toma de posesión, el pasado enero, Trump ha recibido una presión continua para acabar con el DACA por parte de fiscales generales de nueve estados conservadores, encabezados por Texas, que llegaron a amenazar con interponer ayer mismo una demanda contra el Gobierno si no derogaba el programa.

El DACA fue promulgado en 2012 por Obama mediante una orden ejecutiva y gracias a él unos 800.000 jóvenes indocumentados han visto frenada su expulsión del país, han obtenido un permiso temporal de trabajo y, en algunos estados, se han hecho con un permiso de conducir.

Los beneficiarios del DACA deben renovar su inscripción en el programa cada dos años para seguir recibiendo sus beneficios. En consecuencia, el Gobierno determinó ayer que los "soñadores" que tengan pendiente de renovar su inscripción en el DACA deberán hacerlo antes del 5 de octubre, momento en el que ninguna nueva petición será aceptada.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que la semana pasada pidió a Trump que mantuviese el DACA, anunció ayer que buscará un consenso con los líderes del Senado para aprobar una ley migratoria que resuelva la situación global de millones y millones de indocumentados. Hasta la fecha, todos los proyectos desarrollados en este ámbito -en particular el impulsado por George Bush jr.- han fracasado debido a los desacuerdos entre los legisladores demócratas y los republicanos.