La coalición internacional liderada por Estados Unidos confirmó ayer los preparativos para disponer de una fuerza de 30.000 efectivos, la mitad de ellos veteranos de guerra kurdoarábes, para proteger la estabilidad territorial de Siria en la frontera con Turquía, una decisión que ha provocado la indignación del Gobierno de Ankara.

Esta nueva unidad se denomina Fuerza de Seguridad para la Frontera de Siria y sus integrantes forman parte en su mayoría de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de milicias árabes y kurdas. Esta fuerza estará desplegada a lo largo del valle del Éufrates, con lo que también ejercerán cierta influencia en la vecina Irak.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, calificó ayer de "paso preocupante e inaceptable" la creación de la fuerza kurdoárabe. Los primeros avances del plan para crear la fuerza siria provocaron la inmediata protesta del Ministerio de Exteriores de Turquía, quien convocó al encargado de negocios de EE UU Philip Kosnett, a quien recordaron que Turquía está en guerra con las milicias kurdas del Partido de los Trabajadores y con sus aliados en Irak y Siria, que formarán parte de este nuevo contingente.