Al menos 23 personas murieron ayer en Afganistán en cuatro atentados contra las fuerzas gubernamentales, tres de ellos reivindicados por los talibanes. En pocas horas, una base militar, un edificio de la policía y el cuartel general de los servicios de inteligencia afganos (NDS) fueron asaltados u objeto de ataques suicidas, en Kabul y en otros puntos del país. Excepto el ataque contra el NDS en Kabul, perpetrado por un kamikaze que iba a pie, las demás operaciones fueron reivindicadas por los talibanes en Twitter.

En el ataque de Kabul murieron tres personas y cinco resultaron heridas. Este atentado no fue reivindicado. El kamikaze llegó a pie, pasó sin problemas el control e hizo estallar su carga explosiva frente al edificio, objeto de otro ataque reciente. Según el portavoz adjunto del ministerio del Interior, "el hombre iba bien vestido y llevaba una corbata", una nueva táctica para evitar los controles.

Los atentados de ayer empezaron de madrugada, en la provincia de Farah, fronteriza con Irán, en el oeste del país, donde un grupo de asaltantes talibanes mató a al menos 18 soldados en la base militar de Bala Buluk.

Los talibanes, el principal grupo insurgente de Afganistán, también reivindicaron dos ataques en la provincia de Helmand (sur), uno de sus bastiones, donde controlan diez de los catorce distritos además de numerosos campos de adormideras, donde se produce la mitad del opio del país.