Reino Unido debería considerar aumentar la extensión de su proceso de divorcio con la Unión Europea en el caso de que fuera necesario si quiere garantizar un buen acuerdo con el bloque europeo, según ha establecido un informe publicado este domingo por un comité de parlamentarios británicos.

La primera ministra británica, Theresa May, notificó de forma oficial a la Unión Europea de las intenciones de Reino Unido de dejar el bloque al activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa el pasado 29 de marzo, dando el pistoletazo de salida a un proceso de divorcio que puede durar como máximo dos años.

El Gobierno británico ha asegurado que quiere tener fijadas las bases del tratado de comercio con la UE para el próximo mes de octubre, pero el Comité de Salida de la UE, ha asegurado en su último informe que ese plazo es muy poco realista.

"En el poco tiempo que queda, es muy difícil ver cómo va a ser posible negociar un tratado de comercio por completo y de acceso al mercado, al mismo tiempo que toda una gama de acuerdos, incluido uno de asuntos exteriores y otro en materia de cooperación de defensa", ha explicado el comité en el documento.

"Si para cuando llegue el mes de octubre todavía quedan por acordar temas sustanciales para el futuro de la nueva relación, el Gobierno británico debería intentar buscar una extensión del plazo que concede el artículo 50, para asegurar que la declaración política de la nueva relación está lo suficientemente detallada", han añadido.

El estudio también ha asegurado que cualquier tipo de extensión temporal acordada sobre el Brexit debería poder ser prolongada en caso necesario.

Reino Unido ha asegurado en numerosas ocasiones que cree firmemente poder alcanzar un acuerdo sobre el periodo de transición en la cumbre de la UE que se celebrará a finales de mes. Se espera que el periodo de transición tras el Brexit dure unos dos años después de la salida definitiva del país del bloque, aunque la Unión Europea ya ha dicho que cree que debería ser más corto y finalizar en diciembre de 2020.

El Comité Salida de la UE, conformado por parlamentarios británicos de todos los principales partidos, también ha hecho un llamamiento para que el Gobierno británico presente un plan detallado sobre cómo planea crear una frontera "de no fricción" entre Irlanda del Norte e Irlanda una vez salga Reino Unido de la UE.