Un portavoz de la Casa Blanca ha salido al paso de las acusaciones de la actriz porno Stephanie Clifford, más conocida como Stormy Daniels, vquien anoche en una entrevista en horario de máxima audiencia de televisión denunció amenazas en 2011 para que no revelara que mantuvo relaciones sexuales en 2006 con el actual presidente estadounidense, Donald Trump.

"El presidente no cree que sea exacta ninguna de las afirmaciones de la señora Daniels en la entrevista de anoche", ha afirmado el portavoz de la Casa Blanca Raj Shah.

Ante una pregunta sobre si Trump creía las palabras de Clifford, Shah ha reiterado que "no, no las cree". "No hay nada que respalde su afirmación", ha apostillado, al tiempo que ha recordado que Trump "ha negado sistemáticamente estas acusaciones" sobre su presunta relación con Daniels.

La entrevista ha logrado los mejores datos de audiencia en años para el programa '60 Minutes' de la cadena CBS: 21,3 millones de estadounidenses vieron el programa, un 111 por ciento más que la semana pasada. Es el mejor datos desde el 16 de noviembre de 2008, cuando fueron entrevistados Barack y Michelle Obama tras su victoria electoral.

Una invitación a cenar

El origen de la historia se remontaría a julio de 2006, cuando Trump invitó a Clifford a cenar con motivo de un torneo de golf y ambos terminaron en la suite del magnate neoyorquino. Por aquel entonces, Trump ya estaba casado y su actual mujer, Melania, acababa de dar a luz al hijo que ambos tienen en común.

"No te preocupes por eso, dormimos en habitaciones separadas", alegó el empresario cuando Clifford le preguntó por su familia, después de unos momentos de conversación en los que él incluso presumió de ser portada de una revista, según la versión que la actriz ha relatado al programa '60 Minutes' de la cadena de televisión CBS.

Clifford ha explicado que fue al salir del baño cuando se encontró con Trump sentado al borde de la cama y se hizo evidente su interés por mantener una relación sexual. Aunque la actriz ha asegurado que no le atraía, ha reconocido que fue "totalmente consentido" y que incluso lo llegó a ver como "un pacto de negocios".

"No dije que no. No soy una víctima", ha querido dejar claro al recordar un encuentro que, al menos en un primer momento, "no era un secreto". "No me dijo que no se lo contase a nadie", ha declarado Clifford.

Un año después, Trump pidió volver a verla en un hotel de Los Ángeles para hablar de su posible participación en un programa de televisión --la versión de famosos del espacio que por aquel entonces encabezaba el magnate--. Clifford ha asegurado que Trump dio muestras de querer mantener de nuevo relaciones sexuales pero ella rehusó la propuesta: un mes más tarde, le llamó para decirle que no entraría en el programa.

En mayo de 2011, Clifford accedió a contar su historia a una revista a cambio de 15.000 dólares, pero dos antiguos empleados le dijeron que no la publicarían porque, al intentar obtener la versión de Trump, el abogado de este, Michel Cohen, les había amenazado con interponer una demanda millonaria.

Amenazas delante de su hija

La actriz ha explicado ahora que varias semanas más tarde, cuando iba junto a su hija a una clase de gimnasia, un hombre se la acercó en un aparcamiento y la amenazó: "Deja en paz a Trump. Olvida la historia". A continuación, miró a su hija y declaró: "¡Qué niña más guapa! Sería una pena que le pasase algo a su madre".

Clifford ha contado en la entrevista que no sabe quién era este hombre --cree que sería capaz de reconocerle-- y que no acudió a la Policía por miedo. "Estaba asustada", ha afirmado, y de hecho unos meses más tarde negó haber mantenido relaciones con Trump cuando una revista le interrogó al respecto.

La irrupción de Trump en política cinco años después llevó a desempolvar los escándalos que habían acompañado al magnate durante su larga carrera pública y a Clifford le ofrecieron "grandes sumas de dinero". Su abogado, sin embargo, contactó con ella para contarle que había conseguido "el mejor acuerdo", uno con el entorno de Trump, siempre según su versión.

Se trataba de un acuerdo de confidencialidad de 130.000 dólares impulsado por el abogado de Trump, Michael Cohen --él mismo ha reconocido haber efectuado este pago, aunque niega que el ahora presidente estuviera al corriente--. Firmó en octubre de 2016, unas semanas antes de las elecciones presidenciales, y según ella lo hizo porque temía por su seguridad y no quería que su hija se enterara por los medios de lo ocurrido.

Quince meses después, el supuesto secreto saltó por los aires con un artículo en 'The Wall Street Journal' que la actriz niega haber filtrado y que incluso ella misma desmintió públicamente, supuestamente presionada por su exabogado y su exrepresentante. "Pueden hacer de tu vida un infierno de muchas formas", le habrían dicho entonces, aunque Clifford ha negado que a estas alturas hubiese recibido amenazas concretas del entorno de Trump.

Dos frentes abiertos

La actriz, que ahora considera que ha llegado el momento de "defenderse" frente a quienes la han tachado de "mentirosa" y "oportunista", presentó el 6 de marzo una denuncia contra Trump alegando que nunca firmó el presunto acuerdo de confidencialidad.

Clifford ha dicho que si ha negado el 'affaire' en varias ocasiones ha sido porque se ha sentido "intimidada" y "acosada" y, en este sentido ha querido responder a quienes ponen en duda su versión. "No tengo motivos para mentir. Me estoy exponiendo a un posible peligro y, sin duda, a un montón de mierda".

Su caso se suma al de la exmodelo Karen McDougal, que la semana pasada dio detalles en CNN de una supuesta relación mantenida con el presidente que habría comenzado en 2006 y supuestamente se prolongó durante diez meses. De ser ciertas, ambas relaciones habrían tenido lugar ya durante el actual matrimonio de Trump.