Israel desencadenó ayer de madrugada el mayor ataque sobre Siria desde la guerra del Yom Kippur de 1973. Unos 30 cazas israelíes lanzaron alrededor de 70 bombardeos contra posiciones iraníes en territorio sirio, destruyendo unas 50 instalaciones de las fuerzas de Teherán, aliadas del dictador Bachar al Asad, y matando al menos a 23 soldados, cinco de ellos sirios. Fuentes oficiales libanesas aseguraron que dos misiles cayeron en su territorio, lo que fue negado por Israel, que aseguró haber "diezmado" el potencial iraní.

El ataque, que llegó poco más de 24 horas después de que EE UU anunciase su salida del tratado nuclear de 2015 con Irán, fue la respuesta hebrea al lanzamiento, a última hora del miércoles, de 20 cohetes contra los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por Israel desde 1967 y anexionado en 1981. Estos cohetes, atribuidos por los israelíes a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, no causaron daños, ya que fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro o no alcanzaron sus objetivos. Según Israel, es la primera vez que Irán le ataca.

La ofensiva israelí fue replicada sin éxito por las defensas antiaéreas sirias, de fabricación rusa, que no lograron derribar ningún aparato agresor. El episodio bélico ha agudizado la tensión generada en Oriente Medio por el abandono por EE UU del tratado nuclear, anunciado el martes y seguido horas después por un primer ataque israelí con misiles a territorio sirio, que causó 15 muertos, siete de ellos iraníes, según fuentes fiables.

En opinión de numerosos analistas, los bombardeos de ayer son sólo el comienzo de una escalada bélica cuyo objetivo es eliminar cualquier riesgo de que el territorio israelí sea atacado por Irán. Sin embargo, fuentes militares israelíes aseguraron que se trató sólo de un aviso para marcar "líneas rojas" y que, si es escuchado por los iraníes, no tendrá continuación.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, hizo una valoración de los hechos en la que aseguró que Irán traspasó "la línea roja" al lanzar cohetes contra Israel, y que su país "reaccionó en consecuencia". Netanyahu recomendó a Siria que se mantenga al margen del choque con Irán porque, si no lo hace, Israel "actuará en consecuencia". El líder del Ejecutivo israelí visitó Moscú el miércoles, horas antes del ataque, y se entrevistó con el presidente Putin, quien con toda probabilidad fue informado de la ofensiva.

Irán sólo se expresó a través de una conversación del presidente Rohaní con la canciller Merkel en la que aseguró no querer "nuevas tensiones". Siria consideró que Israel se ha implicado en la guerra civil del país árabe y la ha llevado a una "nueva fase", caracterizada por el "enfrentamiento directo"

EE UU sostuvo el "derecho de Israel a actuar en defensa propia", mientras Rusia expresó su preocupación por la tensión creciente en Oriente Medio y llamó a las partes a la "contención". Reino Unido, Francia y Alemania condenaron el ataque iraní al Golán, llamaron a rebajar la tensión y garantizaron a Irán su compromiso con el tratado nuclear denunciado por EE UU. La ONU exigió el cese inmediato de los "actos hostiles".