El presidente de EE UU, Donald Trump, tomó ayer como blanco la crisis que sufre el Gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, por sus políticas migratorias, a la vez que criticó que la actitud europea en este asunto esté permitiendo un cambio "radical" de su cultura.

"El pueblo alemán le está dando la espalda a sus gobernantes debido a que la inmigración está sacudiendo la débil coalición de Berlín. La criminalidad en Alemania está subiendo. Un gran error por parte de toda Europa el aceptar a millones de personas que radical y violentamente han cambiado su cultura", tuiteó Trump. En contra de la afirmación de Trump, los datos de criminalidad en Alemania referidos a 2017 son los más bajos desde 1992, según cifras oficiales.

En realidad este ataque de Trump es un intento de defensa ante las duras críticas recibidas desde que el pasado fin de semana se informó de que unos 2.300 menores mexicanos han sido separados de sus familias en las últimas seis semanas tras ser detenidos en la frontera intentado entrar de modo irregular en EE UU. Estas separaciones son una consecuencia de la política migratoria llamada de "tolerancia cero".

La secretaria de Seguridad Nacional de EE UU, Kirstjen Nielsen, afirmó que el Gobierno no pedirá "disculpas" por esas separaciones y enfatizó que "las acciones ilegales tienen consecuencias". Nielsen fue tajante "Este Gobierno tiene un mensaje sencillo: si cruzas la frontera de manera ilegal, serás procesado", agregó la funcionaria.

En los últimos días han aparecido informaciones sobre la dramática situación de estos menores, alojados en almacenes reconvertidos en centros de detención temporal y en algunos casos ubicados dentro de recintos divididos a modo de jaulas. Por ello, han crecido las críticas de la oposición demócrata, pero también en el seno del propio Partido Republicano.

La más sonada de estas críticas ha llegado de la propia esposa de Trump, Melania, cuyo portavoz declaró que"la señora Trump odia ver a los hijos separados de sus familias y espera que ambas partes puedan unirse para lograr una reforma de la inmigración exitosa. Cree que debemos ser un país que cumpla todas las leyes, pero también un país que se gobierne con corazón". La Academia Americana de Pediatría sostiene que estas separaciones traumáticas pueden provocar un "daño irreparable" a los menores.

En un acto en la Casa Blanca, Trump se reafirmó ayer mismo en sus políticas, al asegurar que "Estados Unidos no será un campo de inmigrantes y no será un campo de acogida de refugiados. Lo que está ocurriendo en Europa y otros lugares, no lo permitiré, no bajo mi vigilancia", dijo.