El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, se comprometió ayer a a firmar en un plazo de 48 horas un pacto fundamental encaminado a zanjar el conflicto separatista musulmán en la sureña isla de Mindanao, uno de los enfrentamientos más longevos de la región. La promesa se produjo después de que el Parlamento aplazara la nueva ley destinada a ampliar la autonomía de esta región de mayoría musulmana, que da validez al armisticio firmado en 2014 con el Frente Moro de Liberación Islámica, alzado en armas desde 1984.