El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó ayer con un nuevo cierre del Gobierno federal ("shutdown") si los demócratas no respaldan en el Congreso sus propuestas para financiar la finalización del muro de separación con México y endurecer las leyes migratorias.

"Estoy preparado para 'suspender' el gobierno si los demócratas no nos dan los votos que necesitamos para garantizar la seguridad fronteriza", advirtió Trump en un tuit.

En su mensaje, el multimillonario exige la eliminación de las medidas que favorecen la entrada de inmigrantes ilegales en el país, "y finalmente imponer un sistema basado en el mérito". "¡Necesitamos que en nuestro país entren grandes personas!".

Ante la polémica nacional desatada por el trato de las autoridades fronterizas a los menores interceptados en la frontera, que fueron separados de sus padres, Trump había pedido comprensión a la población. "Por favor, hay que entender que cuando la gente cruza nuestra frontera de manera ilegal, hay consecuencias, tengan hijos o no", quiso justificarse.

"Hay mucha gente que está empleando a esos niños para sus propios y siniestros fines. ¡El Congreso debe intervenir para arreglar unas leyes migratorias que están entre las más tontas y peores del mundo".

No antes de septiembre

En cualquier caso, el cese de funciones gubernamental no podría llegar antes de septiembre, dado que el Gobierno federal estadounidense funciona ahora con una excedencia de gasto aprobada el pasado marzo por el Congreso.

Trump, que pretendía utilizar esta posible suspensión como medida de fuerza para conseguir la finalización del muro, acabó firmando la ampliación a regañadientes y bajo la amenaza de que "jamás volvería a ratificar un documento así", en unas declaraciones destinadas tanto a los demócratas como a sectores críticos dentro del Partido Republicano.

El mandatario afronta de nuevo severas críticas porque las autoridades no han conseguido, en el plazo fijado por el magistrado federal Dana Sabraw, reunir con sus padres a todos los niños que fueron separados de ellos en el marco de la política de "tolerancia cero" contra la inmigración ilegal, episodio que, por su impacto mediático, aleja aún más la consecución de un acuerdo con los demócratas.

Antes de que venciera el plazo, el jueves pasado, la Administración Trump logró reunir con padres o apoderados al menos a 1.820 niños de entre 5 y 18 años, pero aún restan 650 menores cuyo proceso de reunificación será lento y complejo.

Sobre todo, en el caso de los 431 menores bajo custodia de las autoridades federales cuyos padres ya han sido deportados, además de algunas decenas de menores que esperan que el Gobierno consiga dar con el paradero de sus progenitores, quienes han sido puestos en libertad por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), según datos del Gobierno entregados a la corte federal de San Diego esta misma semana.