Apenas unas horas hicieron falta para que las grandes empresas europeas empezaran a reaccionar al nuevo paquete de sanciones que Estados Unidos puso ayer en marcha contra la República Islámica de Irán. El grupo alemán Daimler, al que pertenece Mercedes-Benz, fue el primero en anunciar el cese "hasta nueva orden" de sus ya limitadas actividades en Irán, que no son bajo ningún aspecto comparables a las que el grupo mantiene en EE UU.

Asimismo, otros grandes fabricantes europeos de automóviles, así como grandes compañías de los sectores aeronáutico, petrolero, ferroviario, naval, turístico, farmacéutico e incluso bancario -dos bancos alemanes anunciaron su retirada del país- planean ya una reducción de sus actividades en Irán o la modificación de las mismas para sortear las represalias de Washington.

Es el caso de las aerolíneas British Airways y Lufthansa, que habían reanudado sus vuelos directos hacia Teherán tras la firma del acuerdo nuclear de 2015. Ahora, deberán suspender esas rutas si quieren seguir operando libremente sus vuelos transatlánticos.

Así pues, las sanciones estadounidenses parecen estar surtiendo más efecto, al menos de momento, que las contramedidas europeas activadas ayer por Bruselas para tratar de paliar sus consecuencias. Y es que la advertencia emitida por el presidente estadounidense, Donald Trump, fue contundente: "Cualquiera que haga negocios con Irán no los hará con Estados Unidos".

El actual inquilino de la Casa Blanca aseguró desde su cuenta de Twitter que, con este nuevo paquete de sanciones a la República islámica, sólo está "pidiendo la paz mundial". No obstante, calificó las medidas como "las más duras jamás impuestas" y aseguró que alcanzarán "otro nivel" el próximo mes de noviembre, cuando se implemente la segunda ronda de sanciones al país persa.

Las reacciones internacionales frente a las acciones de Washington no se hicieron esperar. Rusia denunció que el restablecimiento de las sanciones contra Irán pretende torpedear el acuerdo nuclear (JCPOA, por sus siglas en inglés) alcanzado en 2015. La alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, aseguró por su parte que Irán ha cumplido sus compromisos y renunciado a su programa nuclear. Ayer mismo, el jefe de la diplomacia de Corea del Norte, Ri Yong-ho, viajó a Teherán para reunirse con su homólogo iraní, Mohamad Yavad Zarif, y abordar conjuntamente la situación de ambos países con respecto a EE UU.