El Senado argentino rechazó ayer, finalmente, el proyecto de ley para legalizar el aborto en el país suramericano, tal y como habían indicado los pronósticos previos al inicio del tenso y prolongado debate en la cámara legislativa.

Tras una sesión de más de 17 horas que se extendió hasta la madrugada, el proyecto fue rechazado con 38 votos en contra frente a 31 votos a favor de la reforma. De este modo, habrá que esperar hasta el 1 de marzo de 2019, cuando comience el nuevo curso legislativo, para volver a tratar la legalización del aborto en el Congreso, donde el proyecto de ley empezará otra vez de cero su recorrido parlamentario.

La histórica sesión de este miércoles en el Senado estuvo marcada por las miles de personas que se concentraron, durante todo el día, en los alrededores del Congreso Nacional para seguir el debate, retransmitido en directo en una pantalla gigante a 700 metros del recinto. Separadas por varias filas de vallas y policías, una concentración de partidarios de la reforma, identificados con su característico color verde, y otra de detractores "celestes", algo menos concurrida que la primera, confluyeron en el lugar a la espera del resultado de la votación, que no llegó hasta cerca de las tres de la madrugada (hora local, ocho de la mañana en la España peninsular).

El desánimo cundió entonces en la concentración verde, protagonizada principalmente por mujeres, que ya había perdido cierto fuelle a causa del frío, de la lluvia y del cada vez más previsible resultado adverso. "Hay un retroceso más legal que social. Las chicas hicimos todas un avance. (...) Tenerlo tan cerca y que se nos escape de las manos da mucha bronca e indignación", lamentó Mailén, una joven de 24 años favorable a la reforma.

Al otro lado de la plaza del Congreso, en la concentración celeste, los "pro-vida" contrarios a la legalización del aborto celebraron con algarabía y fuegos artificiales el fracaso de la reforma.

De madrugada, grupos de rezagados protagonizaron varios disturbios en la capital argentina, llegando incluso a producirse choques con la Policía. Al menos ocho personas fueron detenidas por las fuerzas de seguridad en las inmediaciones del Congreso.

El presidente del país, Mauricio Macri, aseguró por su parte que el debate sobre el aborto va a "continuar" pese al rechazo del Senado. "Tenemos que seguir trabajando para que todas esas chicas realmente tengan la posibilidad de elegir", afirmó el mandatario, al tiempo que celebraba lo que, a su juicio, constituye una prueba de que los argentinos están "madurando" y "entendiendo lo que es vivir en democracia".

En Argentina se producen cerca de medio millón de abortos clandestinos cada año y cientos de muertes relacionadas con ellos, debido a una estricta legislación de 1921 que sólo permite la interrupción del embarazo en casos de violación o de riesgo para la vida de la madre.