El número de personas que sufre hambre en el mundo subió en 2017 por tercer año consecutivo hasta alcanzar los 820,8 millones, cota que no se registraba desde 2010, según el informe anual difundido ayer por cinco agencias de la ONU: la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (IFAD), el Fondo para la Infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La cifra, que aleja las perspectivas de lograr en 2030 la erradicación del hambre, equivale a decir que uno de cada nueve seres humanos come por debajo de sus necesidades diarias. Una proporción casi equivalente a la de personas con obesidad (672 millones), que es de una de cada ocho.

El informe confirma, pues, que el descenso de la curva de la desnutrición conocido desde principios de siglo -bajó de 945 millones en 2005 a 783,7 en 2014- se ha invertido. En estos tres últimos años, el número de personas víctimas de infraalimentación se ha incrementado en 37,1 millones, lo que representa un 4,7%. En todo caso ha de precisarse que los 820,5 millones de 2010 se registraban sobre una población de 6.865 millones, mientras que en 2017 esta había crecido a 7.722 millones, por lo que la cifra de hace ocho años representaba un 11,94% del total mientras que la del año pasado equivalía al 10,62%.

En términos relativos, África volvió a ser el continente con la mayor prevalencia de subalimentación, que afectó a más de 256 millones de personas (casi un 21% de su población), 132 de ellos en África Oriental. En términos absolutos, es Asia la que alberga el mayor número de hambrientos, con 515 millones (11,4% de su población), de los que 277 corresponden a Asia Meridional. En América Latina y el Caribe se registraron 39 millones (6,1%) mientras que Norteamérica y Europa cuentan con unos 28 millones de infraalimentados.

El informe estima que hay 151 millones de niños menores de 5 años que presentan retraso en su crecimiento, un nivel "inaceptablemente alto", ya que supone 22% del total de personas de esa edad. Sin embargo, se han logrado avances en este campo -bajando la cifra en un 9% desde los 165,2 millones de 2012- y se ha aumentado la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses de vida, que ha pasado del 36,9% en 2012 al 40,7% en 2017.

En cuanto a la obesidad, las agencias resaltan que el problema es muy relevante en Norteamérica, pero matizan que las personas con inseguridad alimentaria tienen un riesgo más alto de sobrepeso porque "el escaso acceso a los alimentos aumenta el riesgo de bajo peso al nacer y de retraso en el crecimiento, que se asocian a un mayor riesgo de obesidad en etapas posteriores".