Los socialdemócratas alemanes y los cristianodemócratas de la canciller Merkel explicaron ayer que el tercer socio del Gobierno, los socialcristianos bávaros (CSU), amagaron con romper la gran coalición si el relevo del controvertido jefe del espionaje interior, Hans-Georg Maassen, implicaba prescindir de él. Maassen fue cesado y, acto seguido, el líder de la CSU y ministro del Interior, Horst Seehofer, le hizo secretario de Estado de Interior.