El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, asegura que asumirá la defensa de un segundo referéndum sobre el "Brexit" si se lo piden sus bases en el congreso de la formación que ayer comenzó en Liverpool (Inglaterra). Los laboristas apoyarán la celebración de elecciones anticipadas si la primera ministra, Theresa May, no logra el apoyo del Parlamento para el "Brexit". May descartaba ayer la posibilidad de llamar a las urnas, barajada por algunos de sus asesores, y reclamaba a sus correligionarios "cabeza fría" ante la incertidumbre generada por el rechazo de la Unión Europea a su plan de ruptura.

Jeremy Corbyn rechazó hasta ahora respaldar una nueva consulta, pero esta semana habrá una "votación clara" para que los afiliados se pronuncien sobre la postura que debe tomar el partido respecto al curso de las negociaciones de la ruptura con la UE. A falta de conocer la pregunta concreta que se someterá a las bases, una encuesta publicada ayer cifra en el 86 por ciento los miembros del Partido Laborista partidarios que se convoque un nuevo referéndum sobre el resultado de la negociación entre Londres y Bruselas. Corbyn, que durante la campaña del plebiscito de 2016 fue acusado de tibieza en su defensa de la permanencia en la UE, rehusó ayer declarar, en una entrevista con la BBC, qué votaría si volviera a preguntarse a los británicos sobre salir o quedarse en la Unión. "Son conjeturas sobre cuál sería la pregunta", respondió el líder laborista, quien subrayó que "el 40 por ciento de los votantes laboristas votó por salir (de la UE) y el 60 por ciento votó por permanecer, pero ninguno de ellos votó por perder su trabajo ni que se rebajen los estándares alimentarios".

Len McCluskey, líder de Unite, el mayor sindicato del Reino Unido, afirmó por su parte que un nuevo referéndum no debería plantear la cuestión sobre si continuar en la Unión Europea, porque en su opinión "la gente ya ha tomado una decisión sobre eso".

Una eventual consulta debería dar a elegir a los ciudadanos entre abandonar la UE con un acuerdo o sin un acuerdo, dijo a la cadena BBC Radio 5 Live el responsable de Unite, una organización históricamente ligada al Partido Laborista y que apoyó a Corbyn en las primarias que le llevaron al liderazgo de la formación en 2015. "Hay una cantidad significativa de personas que han apoyado tradicionalmente al Partido Laborista que están diciendo que votarán a los conservadores porque no confían en el laborismo para sacarnos de la Unión Europea", advirtió McCluskey.

Corbyn insiste en que su estrategia pasa por demandar unas elecciones generales en el Reino Unido que le otorguen la opción de tomar las riendas de las negociaciones con Bruselas desde el Gobierno británico. Esa posibilidad choca con la resistencia de los conservadores a llamar a las urnas. El ministro británico para el "Brexit", Dominc Raab, descartaba ayer las especulaciones sobre una convocatoria de elecciones anticipadas.

La primera ministra, Theresa May, trata de capear los múltiples frentes abiertos por el rechazo de la UE a su plan del "Brexit". Pese a las presiones externas y a la internas, de los miembros de su propio partido insatisfechos con la fórmula de ruptura que se intenta acordar con la Unión, May descartaba ayer unos nuevo comicios. "He dicho en muchas ocasiones que estas negociaciones serían duras, y desde el principio estaban destinadas a ser aún más duras en sus etapas finales", afirmaba para tratar de calmar los ánimos entre sus compañeros de partido, a quienes instó a "controlar los nervios".