El partido norirlandés DUP, que apuntala la mayoría parlamentaria que sostiene el Gobierno de Theresa May, amenazó ayer con retirarle su apoyo si la "premier" acepta las condiciones de la UE sobre el "Brexit", lo que podría provocar una moción de confianza y elecciones anticipadas en el Reino Unido. El negociador jefe de la UE, Michel Barnier, advirtió la víspera que la salida británica implicará el establecimiento de controles administrativos entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.

Londres y Bruselas están de acuerdo en no reinstaurar una frontera dura entre la provincia británica y la República de Irlanda -país miembro de la UE- para no amenazar el acuerdo de paz de 1998, pero difieren sobre cómo hacerlo. La propuesta europea mantendría al Ulster en la unión aduanera, regida por las normas del mercado único.

Y es aquí donde el DUP se planta. Para el partido unionista, los norirlandeses no pueden tener un trato distinto al resto de los británicos. Era cosa sabida, pero el DUP hizo ayer una severa advertencia a May. Si acepta las "exigencias draconianas de la UE", se expondrá a una "derrota parlamentaria", avisó el responsable del DUP para el "Brexit", Sammy Wilson, en un artículo publicado en "The Telegraph". May "no tendrá el apoyo del DUP, aunque el Gobierno intente sobornarnos, acosarnos o intimidarnos", agregó.

Así, si los diez diputados del DUP votasen contra los Presupuestos, que se presentan el próximo día 29, podrían provocar una moción de confianza y, en caso de derrota de May, nuevas elecciones anticipadas.

La primera ministra ha dicho repetidas veces que no acepta la creación "de una frontera en el mar de Irlanda", pero recientes informaciones de prensa indican que estaría ahora dispuesto a hacer esta concesión. La canciller alemana, Angela Merkel, dijo el miércoles que la negociación entre Londres y Bruselas está avanzando. A lo que Barnier añadió que un acuerdo "es posible".

Esas declaraciones fueron matizadas ayer de nuevo desde Bruselas. El portavoz comunitario, Margaritis Schinas, fue bien claro: aún no hay un "progreso decisivo" en las negociaciones.

Para acabar de complicar las cosas, el líder laborista, Jeremy Corbyn, advirtió que su partido "no puede apoyar" el plan para el "Brexit" de May, que, de ser aceptado por Bruselas, deberá superar una votación en el Parlamento, para lo que la "premier" necesitará los votos de algunos diputados de la oposición, dada la oposición del DUP y la del ala euroescéptica de los "tories".