El candidato ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, candidato a la Presidencia del Partido Social Liberal, ha declarado este viernes que vetará cualquier propuesta para legalizar el aborto y que no financiará a organizaciones no gubernamentales que lo promuevan si gana la segunda vuelta de los comicios.

"Repito: las propuestas para liberar el aborto en Brasil tendrán mi veto y el dinero de los brasileños no financiará a las ONGs que promuevan esta práctica", ha escrito Bolsonaro en su cuenta oficial de Twitter.

De todos los candidatos que compitieron para la presidencia de Brasil en la primera vuelta del pasado domingo, sólo Bolsonaro ha sido abiertamente contrario al aborto.

La interrupción voluntaria del embarazo en Brasil es ilegal, pero no punible en caso de que peligre la vida de la madre, si el embarazo es generado a partir de una violación o el feto es portador de anencefalia.

Fuera de esas condiciones, la realización de un aborto conlleva una pena de cárcel de entre uno y tres años. Según el Ministerio de Salud, se realizaron entre 9,5 y 12 millones de abortos en Brasil desde 2008 y al menos cuatro mujeres mueren todos los días debido a procedimientos peligrosos.

Bolsonaro aprovechó una ola de malestar público provocada por años de corrupción, de un aumento de la violencia y de una economía débil y lideró la primera vuelta electoral del domingo pasado, con un 46 por ciento de los votos. Muchos creen que derrotará al izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), en la segunda vuelta del 28 de octubre.

Pero pese a su buen resultado en las urnas, los sondeos muestran que Bolsonaro es despreciado por una gran parte del electorado. Durante sus casi tres décadas como diputado federal, el capitán retirado de Ejército provocó la indignación de muchos votantes con comentarios violentos, misóginos y homófobos.