La hospitalización de la magistrada del Tribunal Supremo de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg, de 85 años, inquieta seriamente a los demócratas: su incapacitación o retirada a causa del accidente que sufrió el miércoles en su oficina daría la oportunidad a Donald Trump de nombrar a un tercer magistrado de la corte e inclinar todavía más la balanza hacia el lado conservador.

El Supremo está compuesto ahora por cinco jueces conservadores y cuatro progresistas, uno de ellos Bader Ginsburg, conocida por sus posiciones sobre el aborto y que, en 1993, cuando tenía 60 años, logró convertirse en la segunda mujer en acceder al alto tribunal federal a propuesta del entonces presidente Bill Clinton.

La magistrada hubo de ser hospitalizada anteayer tras romperse tres costillas a consecuencia de una caída en su despacho. Los puestos en el Supremo son vitalicios y sus decisiones pueden afectar durante años a la sociedad norteamericana en asuntos como el aborto o el medio ambiente.