Un nuevo e intenso estallido de violencia sacudió ayer Gaza, donde tres palestinos murieron por los bombardeos con los que Israel respondió al lanzamiento, desde la Franja, de más de 200 cohetes contra su territorio que dejaron cerca de una decena de heridos, uno de ellos en estado crítico, cuando uno de los proyectiles impactó en un autobús.

Israel machacó con bombardeos aéreos y terrestres, desde cazas de combate, helicópteros y tanques, una veintena de posiciones de Hamás y la Yihad Islámica, entre ellas la sede de la televisión del movimiento islamista que gobierna Gaza.

A consecuencia de los bombardeos israelíes, tres palestinos murieron, dos en el norte y uno el sur de la Franja, y nueve resultaron heridos por los bombardeos israelíes, informó el ministerio de Salud gazatí.

Las hostilidades tienen lugar después de meses de tensiones que hacen temer el estallido de la cuarta guerra en diez años entre Israel y Hamás, que controla de facto la Franja de Gaza. Y al día siguiente de una operación de las fuerzas especiales israelíes, en la que un oficial israelí y siete palestinos fallecieron el domingo por la noche.

Tras unas horas de calma, cientos de cohetes fueron lanzados contra Israel, lo que activó los sistemas de alerta e hizo que, en numerosas localidades cercanas a la Franja, los israelíes se precipitaran hacia los refugios.

Más de 200 cohetes

El Ejército israelí indicó que hubo unos 200 disparos procedentes de Gaza, 60 de los cuales fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles hebreo "Cúpula de hierro". Muchos cayeron en áreas abiertas y otros impactaron en zonas urbanas, en algunos casos, en viviendas y otras instalaciones civiles.

El portavoz militar israelí, teniente coronel Jonathan Conricus, aseguraba anoche que la fuerza aérea seguía sobrevolando Gaza. Fuera del enclave palestino, la Policía israelí realiza una evaluación de seguridad y mantiene "la alerta alta".

"Hamás ha llevado la situación al límite por la presión del grupo armado Yihad Islámica", dijo a "Efe" el analista de seguridad y antiguo alto cargo en la Inteligencia militar del Ejército israelí Eran Lerman.

"La situación está fuera de control ahora mismo", remarca Lerman, quien considera que el Gobierno israelí, que por el momento guarda silencio, "no puede permitir el ataque contra la población civil de su territorio".

"Israel había dado oportunidades a Hamás para evitar entrar en un conflicto a gran escala", pero "esta actitud es totalmente irracional, al margen del suicidio", alertó.

El enviado especial de la ONU para el proceso de paz, Nicolay Mladenov, reveló que "la ONU trabaja de cerca con Egipto y todas las partes involucradas para asegurarse de que Gaza se aleja del abismo"-