La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ratificaron ayer en Berlín su firme intención de presentar hasta mediados de diciembre amplias propuestas para reformar la Unión Europea (UE). En un discurso ante el Parlamento alemán con motivo del Día del Duelo Nacional, el primero de una presidente francés en ese foro en dieciocho años, Macron llamó a la unidad de Europa para enfrentar los desafíos globales. "Nuestra verdadera fuerza reside en la unidad", apuntó el presidente, quien subrayó la responsabilidad franco-alemana para dotar a la Unión Europea de mayor soberanía. "Europa, y en su centro la alianza germano-francesa, tiene la obligación y la tarea de no dejar que el mundo se vea abocado al caos y de conducirlo hacia una senda pacífica", añadió en su emotivo discurso. "Europa no fue siempre y en todo un ejemplo", reconoció el presidente francés, pero ahora es necesario encontrar el "coraje" para "abrir un nuevo capítulo en su historia". La UE tiene que aceptar, dijo también, que existen "ritmos diferentes" y alianzas determinadas, pero que esos acuerdos se deben establecer siempre "en un espíritu de transparencia mutua" y teniendo en consideración "los intereses de una Europa unida".

La canciller alemana, por su parte, auguró importantes discusiones sobre el futuro de Europa en el próximo medio año y mostró su convencimiento de que hay que seguir trabajando en el plan presentado por Francia y Alemania en junio pasado en Meseberg. "Nos hemos propuesto numerosos asuntos para diciembre para el Consejo Europeo, también de cara a las elecciones europeas de la primavera que viene", anunció Merkel. "En verdad, ahora tenemos que hacer planteamientos concretos", señaló, referidos a iniciativas como establecer un presupuesto para la eurozona que compense mejor los desequilibrios entre los 19 países miembros o promover un fondo monetario europeo que contribuya a estabilizar el euro. En esas actuaciones concretas, Merkel aludió también a la demanda de Macron de implantar un impuesto digital a los gigantes de Internet, algo en lo que aún no hay consenso entre ambos países.

En diciembre "hay mucho que decidir" sobre cuestiones como la zona euro o la inmigración, anticipa Macron, quien coinciden con Merkel en que se avecinan "encuentros esenciales en las próximas semanas y meses ".

Mientras Macron protagonizaba en Berlín una jornada de fortalecimiento del principal eje comunitario, con un homenaje a la víctimas de la guerra en el centro de la capital alemana, en Francia se vivía la segunda jornada de protestas contra la subida de las gasolinas por el aumento de los gravámenes impositivos. Las manifestaciones, espontáneas y sin convocantes definidos, fueron de menor alcance que la víspera, cuando 300.000 personas se echaron a la calle en 2.000 puntos de Francia para cortar carreteras, levantar barreras de peaje y bloquear el acceso a centros comerciales como rechazo a la pérdida de poder adquisitivo. Estas manifestaciones, en las que murió atropellada un mujer, provocaron un nuevo hundimiento de los índice de aprobación del presidente francés.