La Unión Europea (UE) y el Reino Unido se acercan al final de su relación y, apurando el calendario que establece el artículo 50 de los tratados europeos, los negociadores de ambas partes han conseguido un acuerdo de 585 páginas, con 185 artículos, tres protocolos y varios anexos que este domingo ha sido refrendado por parte de los Veintisiete, aunque ahora falta por ver la posición que adoptará el Parlamento británico.

Frontera en Irlanda

El mayor de los obstáculos para el acuerdo final ha sido la falta de consenso entre Londres y Brselas sobre el método para evitar una frontera física entre Irlanda del Norte, que se irá de la UE con el resto del Reino Unido, y la República de Irlanda, que seguirá siendo un Estado miembro.

En el potencial escenario en el que Londres y Bruselas no hayan logrado un acuerdo sobre su relación comercial para cuando concluya el periodo de transición, en el que se seguirá aplicando la legislación comunitaria en el territorio británico, se activaría de forma automática un plan de contingencia o salvaguarda sin fecha de finalización específica.

Este plan mantendría al Reino Unido en la unión aduanera europea y alinearía únicamente a Irlanda del Norte con algunas normas del mercado único que son esenciales para evitar una frontera física.

El plan de contingencia se activaría en el caso de que el periodo de transición finalice sin un acuerdo comercial, bastante probable dada la complejidad de la negociación de este tipo de tratados y la duración de la transición, de momento fijada en 21 meses: desde el 30 de marzo de 2019 al 31 de diciembre de 2020.

El acuerdo de retirada contempla la extensión del período transitorio más allá del 31 de diciembre de 2020, una única vez y de manera limitada, con el acuerdo conjunto de Londres y Bruselas.

Gibraltar

Otro territorio que cuenta con un protocolo específico es el peñón de Gibraltar, donde el Reino Unido tendrá que introducir un sistema fiscal "dirigido a prevenir actividades fraudulentas" con productos como alcohol y gasolina, incrementando los impuestos para desincentivar el contrabando.

El texto también señala que España y el Reino Unido deberán buscar "formas de cooperación necesarias para alcanzar una total transparencia en asuntos fiscales" que respeten los intereses financieros de todas las partes, en línea con los estándares de organismos como el G20 y la OCDE.

Se establecerá, además, un sistema de "cooperación administrativa" en materia de fraude, contrabando y blanqueo de dinero, y para resolver conflictos de residencia tributaria.

En lo relativo al tabaco, el Reino Unido deberá hacerse cargo de que Gibraltar cumpla para el 30 de junio de 2020 dos tratados internacionales sobre este producto nocivo para la salud, entre ellos uno de la OMS que contiene recomendaciones contra el tabaco, incluido el aumento de su fiscalidad para reducir su consumo.

España ha conseguido al final, tras amenazar con un veto al acuerdo del Brexit, mayores garantías en el texto de que ningún acuerdo entre los Veintisiete y el Reino Unido podrá aplicarse en Gibraltar sin un acuerdo previo entre Londres y Madrid, una exigencia que finalmente ha sido atendida.

"Factura" de salida

Fuentes diplomáticas fijan la cuantía que deberá abonar el Reino Unido a la Unión Europea para sellar el divorcio en unos 45.000 millones de euros, una cifra en la que se incluyen los compromisos adquiridos por los británicos en el presupuesto plurianual de la UE.

El Reino Unido cumplirá con todos los pagos a los que se comprometió al aprobar la UE el Marco Financiero Plurianual entre 2014 y 2020, acordado mucho antes de votarse el Brexit en referéndum.

Además, en el caso de que la UE y el Reino Unido decidieran prolongar el periodo de transición, una posibilidad que prevé el acuerdo, deberán consensuar también la cantidad que debe abonar el Reino Unido para pagar el coste de su permanencia extra en el mercado europeo.